28 de julio de 2023

¿Cómo el contexto sociopolítico impacta en los costos del café en países productores?

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Históricamente, las dinámicas sociopolíticas del mundo han desencadenado efectos coyunturales y estructurales que inevitablemente impactan a las naciones productoras de café en diferentes grados de intensidad.

La situación es grave teniendo en cuenta que muchas de las zonas cafetaleras se encuentran en países en vía de desarrollo. Esto las hace más vulnerables a cualquier evento social y político que ocurra a nivel local, nacional e internacional. 

Para comprender cómo los contextos sociopolíticos afectan a los países productores y los actores de la cadena de valor del café, hablé con dos expertos. Continúa leyendo y entérate de lo que me dijeron. 

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Cerezas de café recién recolectadas

Hechos más recientes

En los últimos años, se han dado varios escenarios que han demostrado ser adversos no solo para la producción primaria, también para la transformación y comercialización del café. A continuación, algunos hechos recientes y representativos: 

La pandemia

En marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró que el COVID-19 era una epidemia mundial. Esto desencadenó una parálisis mundial, restricciones de circulación y distanciamiento social. Estas medidas afectaron diferentes sectores económicos y el café no fue la excepción. 

Fabián Méndez es analista financiero y representante comercial de la compañía Fair Capital SA para América Latina. Él explica que durante la emergencia sanitaria la actividad cafetalera presentó restricciones logísticas y un cuello de botella provocado por el déficit de contenedores que se utilizan para exportar el café.

“Eso generó retrasos de dos o tres meses para hacer una entrega de café. Cuando tú tienes como empresa que salir al campo a comprar tu café, tienes que pagarlo en efectivo y tienes que ir a venderlo a un cliente que te lo va a pagar en dos o tres meses, el tema financiero es fuerte”, añade Fabián. 

Esta falta de contenedores también se tradujo en un costo más elevado, que generalmente lo asume el comprador internacional. De acuerdo con cálculos de Fabián, antes de la pandemia los fletes tenían un valor cercano a los US $2000. Durante esta emergencia sanitaria y los meses posteriores, los fletes llegaron a valores de US $8000-9000, cuatro veces más.

Asimismo, esta escasez repercutió en la calidad del café. A medida que el tiempo pasa, la materia prima presenta una alteración y pérdida de los atributos organolépticos que son determinantes a la hora de fijar los precios. “Ha sido un impacto no solo para la cooperativa que pierde la calidad de su producto, sino para el comprador que obviamente tiene sus demandas en Europa, Asia y Norteamérica ”, dice Fabián. 

Guerra en Ucrania

El 24 de febrero del 2022 inició la invasión de Rusia al territorio ucraniano. Aunque se creería que este conflicto bélico que se desarrolla en países ubicados a miles de kilómetros de las zonas cafetaleras no tendría un efecto en la industria, la realidad es otra. 

La guerra disparó los precios de los agroinsumos ya que Rusia es un importante productor mundial de los tres nutrientes principales presentes en los abonos que se utilizan para nutrir los suelos y las plantaciones de café: nitrógeno, fosfato y potasio. Este aumento también se reflejó en los precios finales que el consumidor asumió por el producto

“Esto genera un costo bastante alto para los productores, cooperativas y organizaciones de café. Hemos visto que el precio de los fertilizantes y abonos ha subido un 200 %. Aparte de que es más costoso, si no los consigues a tiempo y en los momentos adecuados, baja tu productividad”, indica Fabián. 

Él agrega que el encarecimiento de los insumos agrícolas tiene una doble cara porque puede acelerar la transición de los productores hacia prácticas agroecológicas. “Si yo dependía de los fertilizantes, he podido suplantar esto por abonos orgánicos que yo mismo puedo fabricar dentro de mi finca”. 

Aumento en la inflación 

Otro fenómeno que ha golpeado la economía de las regiones productoras, sobre todo en algunos países de Latinoamérica, es que el costo de vida viene aumentando de forma sostenida desde la pandemia, época en la que el 80 % de los territorios mundiales reportó una inflación histórica. 

“Si uno compara la inflación en 2022 con 2023, de pronto para algunos países hubo cierta mejora. Cuando tú lo comparas prepandemia y pospandemia es indudable que la inflación ha subido”, aclara Fabián. 

En ese contexto, a los pequeños productores que continúan siendo el eslabón más débil de la cadena de valor del café, se les elevan los costos de producción, como la mano de obra (hasta un 50 %), los insumos agropecuarios, la alimentación, entre otros. “Ellos tienen que tratar de conseguir mejores precios para su producto y poder sobrevivir”.

La alta inflación también provocó que los bancos centrales aumentaran las tasas de interés en los créditos que otorgan para combatir esta tendencia alcista. 

Las migraciones

La falta de oportunidades e índices de pobreza que se evidencian en las zonas rurales ha desencadenado una ola migratoria hacia ciudades y otros países, como Estados Unidos, que prometen una mejor calidad de vida y oportunidades laborales con mejor remuneración.

Paralelamente, este fenómeno migratorio priva al campo de contar con suficiente mano de obra, sobre todo en temporadas de cosecha. 

Los gobiernos de turno

Cada autoridad, dependiendo de su corriente política e intereses, trae consigo una serie de políticas, regulaciones y un presupuesto para invertir en el sector agro, que pueden tener un impacto positivo o negativo en la producción, transformación, comercialización y consumo del café. 

“Por ejemplo, hemos visto que en Latinoamérica hay cierto países que no apoyan el tema de las exportaciones de café y ponen más impuestos, más trabas y burocracia”, señala Fabián.

Cafeto con afectación en hojas

¿Cómo impacta la rentabilidad?

Los contextos sociopolíticos no impactan de forma homogénea a todos los orígenes, a pesar de que producen la misma materia prima. 

Dependiendo del país, las rentabilidades de cada productor varían. Fabián pone de ejemplo a Colombia, tercer productor de café en el mundo, que durante el 2020, en medio de la pandemia, obtuvo un buen precio porque el dólar llegó a un máximo histórico de $4153 COP y se mantuvo por encima de los $3500 COP durante casi todo el año. 

A esto se suma que el producto colombiano goza de una buena reputación y un diferencial más alto que otras naciones productoras por la buena calidad del grano, lo que benefició la rentabilidad de muchos productores en plena crisis sanitaria.

¿Qué medidas se pueden tomar?

Es claro que los conflictos sociales y políticos están fuera del control de los productores. A pesar de eso, están obligados a prepararse para los efectos desfavorables que estos escenarios arrastran. 

Cristián Roberto Gutiérrez es ingeniero agrónomo y lidera la estrategia agro, pymes y empresas de Bancolombia. Él aconseja a los agricultores el uso racional y eficiente de los recursos, que se logra a través de una agricultura basada en la precisión y no solo en el costo de la producción. 

“Nos fijamos mucho en cuánto cuesta el bulto de fertilizantes de 50 kg pero no vamos hacia adelante y pensamos eso cuánto realmente me va aportar para producir más kg por árbol de café”, explica Cristián. 

No es incluir computadores o máquinas a los cultivos, sino realmente medir, hacer estudios detallados del suelo, del contenido nutricional para empezar a aplicar lo que realmente necesita la planta y alcanzar el mayor potencial de los cultivos”, señala. 

Asimismo, los caficultores pueden apostarle a los nichos de cafés especiales, diferenciados, certificados y a las integraciones verticales y horizontales para reducir la dependencia a los mercados convencionales que se ven afectados fuertemente por la volatilidad del dólar en la bolsa de New York. 

Fabián resalta la importancia de la creación de organizaciones cafetaleras sólidas, que estén dispuestas a velar por el bienestar de los productores, que puedan ofrecer capacitación técnica para mejorar los niveles de productividad y promover las relaciones con ONG, que aporten recursos financieros y asistencia directiva en las áreas rurales y vulnerables. 

Recipiente con cerezas de café maduras

¿Impactan más las coyunturas locales o las internacionales?

No se sabe con certeza si las coyunturas locales pesan más que las internacionales o viceversa. Lo que sí es probable es que ambas representan una amenaza y que las locales tienen un efecto más inmediato, dice Fabián. 

Por ejemplo, los paros y las manifestaciones sociales que se registraron después de la pandemia en orígenes productores como Colombia, Ecuador y Perú en las que se frenaron muchos procesos logísticos en la cadena de suministro del café de forma inmediata. “Cuando te enfrentas a un paro y tienes que llevar tus camiones desde las fincas hasta el puerto y no hay por dónde pasar porque todo está bloqueado, naturalmente esto te va afectar muy rápidamente”, explica. 

Por otro lado, están las coyunturas que tienen un impacto más menguado. Fabián toma como ejemplo el aumento en las tasas de interés por parte del Gobierno de Estados Unidos. Por un efecto dominó, propició el alza de las tasas en bancos nacionales. 

Aunque, en los préstamos que se conceden a las cooperativas o caficultores, los incrementos de los intereses pueden verse reflejados con el transcurso de meses. “Puede que el aumento de tasas no se dé en el mismo año pero se va a dar en algún momento”, agrega Fabián.

Toda la cadena asume los costos

La dependencia que existe entre todos los eslabones del café los condiciona a que cualquier alteración en una de las partes golpee a todas, de diferentes maneras. 

En ese sentido, el aumento en los costos, producto de cualquier evento social y político, se trasladará a toda la cadena productiva. Aunque el productor siempre será el más vulnerable y quien tiene menos recursos para blindarse de los escenarios adversos. 

Cristián, a modo de ejemplo, explica: si una tienda de café especial un día vende su café a US $1 y al día siguiente decide aumentarlo, posiblemente el impacto no se detecta gracias a los consumidores, clientes fieles y que no tienen problema con pagar el excedente.

El productor, el más vulnerable

Caso contrario ocurre con un productor, que no va a poder aumentar de la noche a la mañana el valor de su producto. “Posiblemente, él no tiene poder de negociación. Entonces, esos sobrecostos sí se le trasladan al consumidor final pero están más en la intermediación o transformación que en la parte primaria”, dice. 

El café es un producto que ha mostrado ser resiliente a los distintos escenarios históricos. Por su parte, la industria del café especial es relativamente reciente y se enfrenta a muchos desafíos que se concentran en los orígenes y los eslabones primarios. “Al final del día el productor es el que tiene que luchar con la incertidumbre de todos los cambios internacionales y locales para darle el sustento a su familia”, concluye Fabián. 

Revisión de granos de café tostado

El café es un producto maleable a las dinámicas sociales y políticas que se presentan a nivel local, nacional y global. En consecuencia, esta elasticidad puede tener efectos nocivos para la actividad cafetalera y los actores de la cadena de valor. 

Una organización estructurada, presencia en los mercados diferenciados, y una agricultura más eficiente pueden ser clave, sobre todo para los productores, si se busca contrarrestar los efectos negativos de los eventos externos. 

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Créditos de las fotos: Yenny Ballesteros, Fabián Méndez.

PDG Español

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