Nueva regulación de la UE sobre importaciones: impacto para los países productores de café de América Latina
Tras la votación del Parlamento Europeo, fue aprobada una ley que especifica que productos como el café, la soja y el cacao que contribuyan a la deforestación o a la degradación de los bosques no podrán ser importados a la Unión Europea.
El proyecto surgió por la necesidad de tomar acciones para frenar el alarmante impacto sobre el medioambiente que tienen los hábitos de consumo actuales. Según WWF, debido a sus importaciones de productos agrícolas y ganaderos, la Unión Europea es responsable del 16 % de la deforestación mundial y el segundo mayor responsable de la deforestación tropical.
Aunque es claro que se deben tomar medidas para cambiar esta preocupante situación, en los países exportadores han surgido muchos cuestionamientos sobre cómo la ley aprobada puede afectar a los pequeños productores. Justamente, con el fin de conocer cuál podría ser el impacto para los países productores de café de América Latina, hablé con un experto de Colombia. Continúa leyendo y conoce su opinión.
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¿Qué dice la normativa sobre productos libres de deforestación?
Inicialmente, se incluyeron siete productos básicos (y sus respectivos derivados) en la normativa: soja, carne de vacuno, aceite de palma, madera, cacao, café y caucho.
En términos generales, todas las empresas que quieran comercializar estos productos en la Unión Europea deberán implementar un sistema de diligencia debida que garantice que han sido producidos en tierras que no han sufrido deforestación desde el 31 de diciembre de 2020.
Una vez que el Parlamento Europeo y el Consejo adopten formalmente la regulación, los operadores y comerciantes tendrán un plazo de 18 meses para implementar las normas. En el caso de las pequeñas y medianas empresas, el plazo será de 24 meses. Posterior a esto, entrarán en vigencia las sanciones para quienes incumplan la ley, por ejemplo, multas de hasta el 4 % de la facturación de una empresa en un estado miembro de la UE.
Además, las autoridades competentes tendrán acceso a la información facilitada por las empresas, como las coordenadas de geolocalización, y realizarán controles con herramientas de seguimiento por satélite o análisis de ADN para comprobar de dónde proceden los productos.
Finalmente, los países exportadores serán clasificados según su nivel de riesgo: alto, estándar o bajo para ayudar con las operaciones de diligencia debida y control.
¿Cómo afecta a los caficultores latinoamericanos?
En el caso de Perú, por ejemplo, el 50 % de sus exportaciones de café tienen como destino el continente europeo y, de acuerdo a la Junta Nacional del Café (JNC), el 80 % de los terrenos de cultivo no tienen título de propiedad, lo que impide cumplir con la nueva normativa de la UE.
Por su parte, en 2021, las exportaciones a Europa de café colombiano alcanzaron los US $1003 millones y en lo corrido del 2023, después de Estados Unidos, Bélgica y Alemania son los principales destinos del café producido en Colombia. Esto demuestra la relevancia del mercado europeo para la industria cafetera del país.
La Convención Nacional del Agro Peruano señala que es importante evitar el crecimiento de la deforestación a causa de las actividades agrícolas pero resalta que hay otras actividades, como la tala ilegal, los cultivos ilícitos o las grandes concesiones, que son las principales causas de la deforestación. En ese sentido, consideran que el peso de las medidas no puede recaer en los pequeños productores.
Asimismo, teniendo en cuenta que el mayor porcentaje de caficultores es de pequeña escala, es claro que muchos no estarían en capacidad de asumir los costos de las herramientas de verificación requeridas, por ejemplo, la geolocalización. En consecuencia, la preocupación sobre el impacto económico que puede significar reducir o perder la participación en el mercado europeo es muy grande.
La situación es especialmente grave para los países que entrarían en la categoría de alto riesgo, como Brasil, porque esto significa mayores porcentajes de verificación y control. En otros países de la región, como Costa Rica, sus avances en materia de responsabilidad ambiental hacen que los cambios a realizar sean menores y más viables.
Una transición compleja pero necesaria
Si bien muchos de los cuestionamientos del sector cafetero latinoamericano son comprensibles, algunos expertos se muestran a favor de la normativa.
José Miltón Cardona, gerente técnico de la empresa exportadora Cocora Agroindustrial, señala: “esta nueva ley apunta a que desde el mercado también se haga presión por la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas en el planeta. También, a que en origen los gobiernos sean más estrictos en las regulaciones y las políticas públicas al respecto”.
“El tema de la deforestación ha tomado una gran connotación por su impacto directo y nefasto sobre los ecosistemas, la biodiversidad y la pérdida gradual del patrimonio ambiental de muchos países en donde la degradación de sus recursos naturales está siendo el camino más rápido para llegar a la pobreza y al estancamiento del desarrollo”, afirma José Milton.
Los argumentos para apoyar este tipo de acciones de cambio son claros. Si consideramos que el 60 % de las especies silvestres de café se encuentra en alto riesgo de extinción y que muchas zonas productoras están dejando de ser aptas para el cultivo, no caben dudas de que hay que frenar, lo antes posible, el deterioro e impacto ambiental asociado a la agricultura.
Los cuestionamientos, entonces, terminan siendo cómo adaptar los modelos productivos para que la búsqueda por alcanzar la sostenibilidad ambiental no termine por agravar las problemáticas sociales y económicas para los más vulnerables.
Conclusiones finales
Implementar medidas y acciones de cambio para enfrentar el deterioro del medioambiente a nivel mundial es cada vez más necesario. La Unión Europea espera establecer un precedente con su nueva normativa y que otros países sigan su ejemplo.
A pesar de eso, es evidente que en la práctica estas legislaciones pueden tener un alto impacto para los países productores, especialmente para los pequeños agricultores que no tienen la capacidad de cumplir con los requerimientos establecidos. En ese contexto, será importante discutir qué planes de apoyo pueden diseñar los gobiernos, tanto de los países importadores como de los exportadores, para facilitar esta transición.
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PDG Español
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