Asociaciones exportadoras en países productores: su aporte en las cadenas de valor
En la última actualización del registro de exportadores de café, realizada en agosto de 2021 por la Federación Nacional de Cafeteros, se encuentran 851 empresas y personas autorizadas para exportar café verde. De todas estas, 21 firmas asociadas exportan aproximadamente el 70 % de este café (también llamado café oro en algunos países centroamericanos) producido en Colombia.
Por su parte, en este momento, en Costa Rica hay 105 firmas exportadoras autorizadas. De esas, ocho compañías nacionales y multinacionales asociadas, exportan alrededor del 70 % del total de café oro producido en el país.
En ese contexto, ¿qué significa entonces que los mayores exportadores de café verde en Colombia y Costa Rica pertenezcan a asociaciones? Para responder este interrogante hablé con Alejandro Cadena, vicepresidente de ASECC, y con Ronald Peters, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Exportadores de Café de Costa Rica. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron.
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Contexto de las asociaciones exportadoras de café
La asociatividad es una práctica esencial en el sector cafetero. Un par de muestras: la Cámara Nacional de Exportadores de Café, hoy vinculada a ICAFE, representa a 8 compañías exportadoras nacionales y multinacionales. En 2021 comercializaron alrededor del 70 % del café producido en Costa Rica, es decir, más o menos 1 230 000 sacos de 46 kilos de café verde.
En Colombia, ASECC, la Asociación Colombiana para la Excelencia del Café, es una organización que, en palabras de Alejandro, “agrupa a cualquier empresa o individuo que esté metido en la industria del café. Quiere ser inclusiva, no es exclusiva a un grupo de la industria y quiere llegar a todo el país, representar a la industria con el objetivo de siempre buscar la excelencia a todo nivel al democratizar el acceso al conocimiento”.
La motivación principal detrás de la creación de una asociación de exportadores, y de casi cualquier otra asociación comercial, es lograr unidos lo que sus socios difícilmente lograrían por sí solos. Además, las asociaciones son el resultado de la suma de las capacidades de todos sus miembros y, de esta forma, unifican esfuerzos hacia objetivos transversales.
Ronald cuenta que el trabajo de la Cámara Nacional de Exportadores de Café “es unificar la voz de las empresas o personas que tienen el mismo interés y que estando asociados hace que tengan criterios más amplios y puedan defender sus posiciones ante las instituciones cafetaleras, pero también ante el gobierno. La caficultura tiene que ver con transporte, puertos, impuestos, leyes laborales, con todas las facilidades para que un país como Costa Rica pueda competir”.
Alejandro, a su vez, enfatiza que el poder de “las asociaciones también radica en su capacidad de movilizar las industrias hacia objetivos que se consideran importantes, en avanzar y en reunir el conocimiento de sus asociados”.
Por eso, desde 2017, ASECC en conjunto con la ACE (Alliance for Coffee Excellence) organiza el concurso de la Taza de Excelencia Colombia. En la versión del 2021 se obtuvo el récord mundial por el mayor precio promedio pagado por libra de café verde en este certamen.
La asociatividad como eslabón hacia la competitividad
Alrededor de ICAFE se organizan las Cámaras, asociaciones que representan a los diferentes eslabones de la cadena de valor, que en Costa Rica son: beneficiadores, tostadores y exportadores. La Cámara de Exportadores defiende la posición de estos actores y facilita la tramitología y las operaciones de exportación al actuar como una organización guía para que las compañías asociadas puedan operar de la mejor manera. La mayoría de las estrategias de la Cámara de Exportadores tienen un enfoque competitivo y comparten algunos objetivos clave con las estrategias de las otras Cámaras.
En el caso de Colombia, ASECC se enfoca en la creación y promoción de espacios precompetitivos que buscan generar oportunidades para toda la industria. Alejandro resalta que además de los concursos, hacen un fuerte énfasis en la educación y la capacitación de diferentes actores de la cadena buscando tener el mayor impacto positivo en la sociedad.
Uno de los objetivos en los que trabaja la asociación es la democratización del conocimiento organizando capacitaciones y cursos al menor costo posible para sus asociados y para todos los actores de la cadena, desde baristas hasta productores. Así, en diciembre de 2021, organizaron en Manizales su primer campamento, de tres días, sobre procesos de fermentación.
El rol de las asociaciones frente a la sostenibilidad
Hablar de sostenibilidad tiene implicaciones sociales, ambientales y económicas. Muchas organizaciones de la industria cafetalera abordan el tema desde el marco de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU, propuestos al sector cafetero global por Jeffrey Sachs en el Primer Foro Mundial de Productores realizado en Medellín, Colombia, en 2017. Otras, por su parte, abordan el tema promoviendo los procesos de certificación.
En Costa Rica, bajo el liderazgo de ICAFE, se está ejecutando el programa NAMA CAFÉ que ha logrado que más de un 70 % del café de Costa Rica sea producido bajo acciones de adaptación al cambio climático y mitigación de gases de efecto invernadero. Este programa es apoyado por la Cámara Nacional de Exportadores y sus asociados.
Como la utilidad neta de los exportadores de café está limitada en Costa Rica por la ley 2762 de 1961, algunas compañías exportadoras han ampliado sus actividades hasta el beneficio de fruta de café, integrado verticalmente. De esta manera, algunos de los asociados exportadores, que también son beneficiadores, participan junto a otras compañías, según dice Ronald, ¨en la financiación de aproximadamente el 33 % de la precosecha y conforme reciben la fruta ajustan precio hasta terminar la cosecha¨.
En Colombia, el trabajo de promoción de la sostenibilidad en la base productora recae sobre la Federación Nacional de Cafeteros, las cooperativas y el trabajo de algunos servicios de extensión de varias exportadoras. Cenicafé ha desarrollado, por ejemplo, tecnologías que reducen el consumo de agua en el beneficio húmedo del café y variedades resistentes a la roya que disminuyen el uso de fungicidas que tienen un impacto negativo en ecosistemas acuáticos. Además, hay programas de compra de café que pagan un sobreprecio por cafés producidos por mujeres, por productores en zonas de consolidación del proceso de paz, entre otros.
Las certificaciones vinculadas a prácticas sostenibles como Rainforest Alliance, Fair Trade, 4C o CAFE Practices, según señala Alejandro, se han convertido en un tema competitivo en la industria cafetera de Colombia (aunque debería ser un tema transversal y precompetitivo) y ASECC, en este momento, se enfoca exclusivamente en temas precompetitivos que promueven la excelencia.
Retos actuales y futuros de las asociaciones exportadoras
Alejandro recalca que para ASECC el reto más importante en este momento es aumentar su representatividad. Asimismo, otro desafío es aumentar el número de actividades que fomenten la educación y la capacitación para promover la excelencia y las alianzas estratégicas con asociaciones internacionales del sector. Todo con el fin de potenciar su impacto positivo en la industria cafetera de Colombia, caracterizada por ser un gremio en el que las asociaciones tradicionales son bastante representativas.
Para la Cámara Nacional de Exportadores de Costa Rica el reto más grande es frenar la disminución del parque cafetero, que se ha reducido en cerca de un 30 %, y de la productividad, que en los últimos años pasó de 3,5 millones de sacos de 46 kilos de café oro a 1,79 millones, una reducción de casi el 50 %.
Otro reto importante para toda la industria cafetalera de Costa Rica, dice Ronald, es la redefinición de su caficultura. Las zonas cafetaleras más productivas del valle central alrededor de San José de Costa Rica se han desarrollado hacia otras actividades económicas y, cómo en casi toda América Latina, la mano de obra se consigue con dificultad.
Una posible solución en la que están trabajando es la siembra de variedades diferentes en zonas donde las condiciones geográficas permiten mecanizar la mayor cantidad de labores. Esto implica una redefinición de prácticas, tradiciones, calidades, métodos y zonas geográficas, es decir, un gran cambio cultural que puede tomar décadas en consolidarse pero que ya comenzó.
Las asociaciones de exportadores se crean para facilitar y proteger las actividades de sus socios en aspectos competitivos o precompetitivos transversales suficientemente relevantes y grandes para que el interés colectivo predomine sobre los intereses y capacidades individuales.
Estas organizaciones son clave para que los actores reunidos tengan una voz política que defienda sus intereses frente a instituciones reguladoras y gobiernos, así como para crear espacios donde se reúna conocimiento. El trabajo de la Cámara Nacional de Exportadores de Costa Rica ilustra los objetivos macro necesarios para mantener el buen funcionamiento de una industria. Por su parte, el trabajo de ASECC muestra como la educación, la capacitación y la excelencia hacen destacar la industria cafetalera. Estos trabajos conectados demuestran el poder y los beneficios detrás de la unión.
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Créditos de las fotos: ASECC.
PDG Español
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