¿Puede ganar relevancia la producción de café en Togo?
Togo (también conocido como la República Togolesa) es un pequeño país situado en el Golfo de Guinea en África Occidental. El país es básicamente una estrecha franja de tierra con una zona costera relativamente corta y comparte sus fronteras con Ghana, Benín y Burkina Faso.
A pesar de su pequeño tamaño (aproximadamente 57 000 km2), Togo tiene un clima diverso. Mientras que la parte norte del país es más seca y árida, Togo central alberga numerosas mesetas y regiones montañosas adecuadas para la producción de café.
Al igual que muchos otros países de África occidental, la economía de Togo depende en gran medida de la agricultura, siendo el café, el algodón y el cacao los principales cultivos comerciales. El algodón supone la mayor exportación del país mientras que el café representa alrededor del 5 % de los ingresos procedentes de la exportación.
Lamentablemente, la falta sustancial de inversión en el sector cafetalero del país ha obligado a muchos agricultores a abandonar la producción por completo. A su vez, muchas plantas de café togolesas van envejeciendo y perdiendo productividad.
Para aprender más sobre el sector cafetalero de Togo y los desafíos que enfrentan los productores, hablé con dos profesionales locales. Sigue leyendo para descubrir lo que tenían que decir.
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Un breve recorrido por la producción de café en Togo
En comparación con otros países productores de África, Togo tiene una historia relativamente corta en la producción del café. Se cree que se cultivó por primera vez en el país durante la década de 1920, bajo el dominio colonial francés.
Durante las primeras décadas, el sector cafetalero del país estuvo controlado por varios exportadores extranjeros que compraban café directamente a los productores; sin embargo, después de la formación de la Oficina de Productos Agrícolas de Togo (OPAT) en 1964, el gobierno comenzó a supervisar y gestionar la producción.
Según la Organización Internacional del Café (OIC), la OPAT era en gran parte responsable de comercializar el café en los mercados internacionales y de establecer los precios nacionales anuales del café, mientras que la comercialización nacional era administrada por las partes interesadas del sector privado. Bajo este modelo, los antiguos exportadores se convirtieron en compradores de café.
Durante la década de 1980, según las cifras de la OIC, la producción de café del país alcanzó un promedio de 260 000 sacos de 60 kg por año, una cifra que desde entonces ha disminuido progresivamente por varias razones. A principios de la década de 1990, según la OIC, el descenso en los precios del café y en la productividad desembocaron en la liberalización del mercado. Al final, esto dio lugar a una serie de reformas radicales en la producción de café en Togo, que incluían medidas de control de calidad más simplificadas.
Amuzu Koffi Mensah es el gerente de operaciones en Café Kloto, un tostador que obtiene café de las tierras altas togolesas. Él dice que el café es el segundo cultivo de exportación más extenso del país.
“Más de 40 000 familias trabajan en la producción de café”, dice. “Las principales áreas productoras se encuentran en el suroeste del país, en las regiones de Agou, Kloto, Danyi, Amou-Okposo y Wawa”.
Hoy en día, Togo cultiva principalmente Robusta, la mayor parte de la mano de pequeños agricultores que también producen cacao. Durante muchos años, el Robusta del país fue muy solicitado gracias a su alta calidad pero, con el tiempo, la demanda ha ido disminuyendo gradualmente.
Antes del 2000, la superficie total de las tierras productoras de café en Togo era de 40 000 hectáreas pero, desde entonces, se ha reducido a la mitad. Amuzu explica que muchos cafetos son viejos y no pueden producir grandes cosechas.
En 2017, Togo produjo 6,9 millones de toneladas de café según la OIC; sin embargo, en 2020, el volumen se había desplomado a 2,4 millones de toneladas, lo que representa una caída de casi el 35 % en un período de tres años.
Muchos productores togoleses cultivan una antigua variedad Robusta que se conoce localmente como Niaouli. Se cree que esta variedad se cultivó por primera vez bajo el dominio colonial en la década de 1920.
“Después de cosechar y secar, el café se envía a una planta de procesamiento”, dice Amuzu. “Ahí se somete a un procesamiento natural o lavado”.
Ayuda para los productores de café togoleses
Históricamente, ha habido una clara falta de apoyo gubernamental para los productores de café del país, lo que ha dificultado el acceso de los pequeños agricultores a fertilizantes y otros insumos agrícolas.
Además, la liberalización del mercado ha favorecido en gran medida a los caficultores mejor establecidos, que cultivan mayores volúmenes de café, al otorgarles un mayor acceso a financiación y otros recursos.
En la actualidad, el Comité de Coordinación del Sector del Café y el Cacao (CCFCC) es responsable de la gestión del sector cafetalero de Togo. El CCFCC proporciona a los agricultores acceso a programas formativos pero en su sistema sigue primando el beneficio de los productores más grandes.
Los agricultores locales reconocen que hay apoyo por parte del sector privado para mejorar el acceso a los insumos agrícolas, aunque es mínimo. Además, la demanda de estos recursos sigue siendo relativamente baja porque muchos agricultores no pueden pagarlos.
En los últimos años, la Unidad Técnica de Café y Cacao (UTCC) ha desarrollado un sistema de servicios adicionales que brinda apoyo a los agricultores en las áreas más rurales. Como parte de esta iniciativa, se envían profesionales capacitados a las fincas de café para ayudar a los productores con mejores prácticas agrícolas.
Actualmente, la UTCC opera una oficina en Kpalime, una ciudad en el suroeste de Togo. La oficina capacita a especialistas para cada uno de los ocho distritos administrativos del país. A su vez, ellos capacitan y supervisan a los asesores técnicos que trabajan en cada una de las regiones cafetaleras del país.
Marketing y valor añadido
Según Amuzu, alrededor del 98 % de la producción de café de Togo se exporta, con importadores de primera línea como Francia, Bélgica, Alemania, Italia y Polonia; no obstante, el COVID-19 tuvo un impacto significativo en el sector cafetalero del país, lo que provocó una fuerte disminución de las exportaciones.
Amuzu también cree que la situación se ha visto agravada por la mala gestión de los fondos para el sector cafetalero. “Además, el consumo nacional de café sigue siendo bajo debido a la falta de apoyo técnico y financiero”, agrega.
Una disminución constante en la demanda de café togolés sin duda se suma a los problemas existentes. A pesar de eso, se presta cada vez más atención al aumento del consumo interno de café togolés, con una serie de iniciativas en marcha.
El padre François Komi Amouzou es el gerente de procesamiento de café en la Abadía de la Ascensión en Dzogbégan, que se encuentra en la región de la meseta de Togo. Aquí, los monjes han estado cultivando Arábica, Robusta y variedades híbridas desde la década de 1970, motivados sobre todo por los efectos medicinales atribuidos al café y por los numerosos visitantes que recibe el monasterio.
“La idea original era cultivar y producir café para nuestro propio consumo, así como para los visitantes”, explica. “Posteriormente, decidimos vender café tostado a la comunidad local”.
“Queremos que la gente local conozca los sabores del café togolés”, dice. “Actualmente, tostamos alrededor de ocho o nueve toneladas cada año”.
En su mayor parte, el café que se consume en Togo es instantáneo. El padre Francois dice que no hay cafeterías en la región de la meseta pero la Abadía está tratando de cambiar la mentalidad local hacia el consumo de café de mayor calidad.
Para ayudar a aumentar la demanda local de café togolés, la Organización Interafricana del Café (IACO) se asoció con la CCFCC para establecer quioscos de café en la ciudad capital de Lomé, con planes de extender el proyecto a otras áreas del país.
Como parte de la misma iniciativa, algunos tostadores togoleses participan en talleres de capacitación celebrados en Gabón.
Abordar los desafíos en el sector
Amuzu explica que la falta de apoyo técnico durante la cosecha y el procesamiento posterior supone un grave problema para los pequeños productores.
“Además de esto, mejorar las medidas de control de calidad es un gran desafío en el sector cafetalero de Togo”, agrega. “Hay pocas unidades de procesamiento local que cumplan con buenos estándares de higiene y el acceso a financiación también es un gran problema”.
Asimismo, el sector se enfrenta a una escasez de mano de obra. Koffi cree que esto se debe a que muchos jóvenes en el país no consideran que la producción de café sea lo suficientemente rentable y buscan oportunidades de trabajo en áreas urbanas.
Para superar algunos de estos desafíos, las autoridades togolesas dependen de la producción excedente de café que se puede vender al año siguiente. Además, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) tiene como objetivo centrarse en mejorar los métodos de procesamiento para añadir más valor al café y en impulsar el consumo local.
Amuzu cree que la CCFCC desempeña un papel importante en el fortalecimiento del sector cafetalero de Togo, particularmente al alentar a más mujeres y jóvenes a participar en la producción de café.
Agrega que la CCFCC está abordando directamente el problema del envejecimiento de los cafetos de Togo. Hasta ahora, el comité ha replantado más de 300 hectáreas de árboles de café y ha injertado miles de plántulas en portainjertos existentes.
Además de estos programas, el Centro de Investigación Agronómica para Zonas Forestales (CRA/F) ha cultivado siete nuevas variedades, aunque los volúmenes siguen siendo demasiado bajos para difundirlos entre los agricultores de todo el país.
A pesar de los muchos desafíos históricos y actuales, el sector cafetero togolés ha demostrado que, por encima de todo, es resiliente. Aunque ciertamente existe la posibilidad de que su Robusta aumente en calidad, se necesitará más apoyo para ayudar a los pequeños caficultores a mejorar sus prácticas agrícolas.
Con el nivel adecuado de apoyo financiero y técnico, los productores de café de Togo podrían mejorar la calidad y el rendimiento de las cosechas, y así contribuir al crecimiento gradual del sector cafetalero del país.
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Traducido por Almudena Torrecilla Aznar. Traducción editada por Alejandra Soto.
PDG Español
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