Abastecimiento ético de café y rentabilidad empresarial: ¿dos factores complementarios?
Muchas tostadurías y cafeterías alrededor del mundo enfrentan retos en el abastecimiento de café desde los países productores. Según cómo resuelvan esta situación, cambiará su capacidad de satisfacer un mercado cada vez más exigente.
El cambio climático, las relaciones éticas en la cadena de valor, los precios justos, la disponibilidad de mano de obra y el involucramiento de las nuevas generaciones de caficultores son desafíos que impactan el suministro de la industria de la especialidad, ahora y en los años venideros.
En ese contexto, resulta fundamental entender cómo enfocarse en el abastecimiento ético y analizar cuál es su relación con la rentabilidad de la industria. Para averiguarlo, conversé con dos productores y exportadores colombianos: Laura Moreno, de Café Quindío, y Gustavo Trochez, de Café Florencia. Continúa leyendo y conoce lo que me dijeron.
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Comprender la cadena de valor
La cadena de valor del café inicia en las fincas donde, además del cultivo, ocurren los procesos de beneficio y secado para después pasar a la trilla, cata, exportación, tostión y comercialización.
Parece evidente que sin los caficultores, quienes están al inicio de esta cadena, el resto de los eslabones no podrían sobrevivir ya que dependen de ellos para garantizar el suministro del grano.
A pesar de eso, la industria no siempre brinda la debida importancia a los productores. A diferencia de exportadores, tostadores y dueños de cafeterías, a ellos les cuesta mucho obtener una rentabilidad adecuada para que su negocio y condiciones de vida sean sostenibles.
Según Gustavo, esto está cambiando. Varias empresas, entre ellas la que él dirige, están “comprendiendo que los caficultores son la base del negocio y que se los debe cuidar como a un diamante. Si a ellos les va bien, a todos nos va bien y se garantiza la sostenibilidad”.
Para Laura, “es fundamental establecer una cadena de suministro transparente entre caficultores, transformadores y consumidor final con primas de calidad justas para el productor, que le permitan no solo continuar cultivando café de calidad sino motivándolo a reinvertir en la finca”.
Desafíos actuales en el suministro de café de especialidad
Los desafíos en el abastecimiento de café especial son múltiples y cambiantes. En términos generales, están atravesados por problemáticas sociales, ambientales y económicas propias de los países productores. Las zonas rurales tienen necesidades como el acceso a servicios básicos, educación, salud y alimentación saludable.
A esto se suma el cambio climático, un desafío para mantener la calidad del café. “El cambio climático provoca variaciones extremas en el clima, los niveles de lluvias, humedad ambiental, grados Brix y madurez de las cerezas. Es una amenaza y los productores deben enfrentarse a ella cada día”, afirma Gustavo.
Por su parte, Laura insiste en que es responsabilidad de quienes conforman la cadena de valor “garantizar que los caficultores reinviertan sus ingresos en acciones ambientales que aseguren que el cultivo de café supere todos los cambios climáticos venideros y el agotamiento de los suelos”.
Además del cambio climático, está el reto de garantizar la mano de obra en el campo para el cultivo del café. La falta de oportunidades ha provocado olas migratorias desde las zonas rurales en los países productores. No solo a las grandes urbes locales sino hacia otros países. Esto ha provocado que muchas zonas cafetaleras sufran la falta de trabajadores, especialmente para las épocas de cosecha.
Renovación de la caficultura
“Tenemos el gran reto de crear una industria atractiva, rentable y sostenible para atraer a la siguiente generación al campo. El compromiso con la calidad e innovación en nuevos procesos la encontramos mucho en jóvenes caficultores, el problema es que son pocos”, señala Laura.
Para eso, dice Gustavo, “es necesario dotar de herramientas a los productores para que mantengan y mejoren la calidad del café mediante procesos de educación. Es clave que los productores entiendan el mercado, sepan catar sus cafés, conozcan de agronomía y procedimientos de fermentación. Eso garantizará un mejor precio para sus granos y los motivará a continuar en el campo”.
En ese contexto, los desafíos “son lograr una comunicación constante y un acompañamiento a un gran número de caficultores. Además, de construir relaciones de confianza y fidelidad, lo que toma tiempo”, asegura Laura.
¿Qué sucede del lado de los consumidores?
El mercado es muy grande y la demanda de café en el mundo crece día a día. Los consumidores están cada vez más preocupados por el origen y la trazabilidad del café que consumen. A la vez, están preocupados por su economía en medio de las olas inflacionarias globales.
En consecuencia, la educación de los consumidores es clave para que entiendan cómo funciona la industria. Por ejemplo, para que sepan qué es el abastecimiento ético y por qué deben estar dispuestos a pagar un poco más por el café que adquieren. “Tenemos el gran reto de crear conciencia de consumo comunicando el valor agregado de nuestros cafés. Esto justifica el precio que se paga por los granos de especialidad”, dice Laura.
Justamente, esto es lo que hacen en Café Quindío y en Café Florencia como parte de su estrategia sostenible de negocio. En sus tiendas promueven el consumo de tazas de café con cadenas de suministro transparentes y justas que benefician a toda la cadena de valor.
Asimismo, Gustavo cuenta que, para él, otra práctica importante es traer a los compradores internacionales a las fincas cafeteras. “Cuando los compradores y tostadores conocen el origen y el esfuerzo que hay detrás de cada taza de café comprenden mejor el porqué de los precios. Además, se convierten en embajadores que pueden transmitir la importancia de un abastecimiento justo entre sus clientes en los países consumidores”.
Acciones concretas de abastecimiento ético
Tanto Café Florencia como Café Quindío son empresas cuyo modelo sostenible no se ha quedado en palabras. Como productores, comercializadores y exportadores se han preocupado por trabajar de la mano de los caficultores, estableciendo relaciones a largo plazo basadas en la confianza y generando mecanismos de pago justos y sostenibles.
“Nosotros pagamos un 20 % más del precio establecido por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Valoramos mucho el factor de rendimiento del grano y la calidad en taza. Además, bonificamos extra a los cafés de más de 84 puntos en el análisis sensorial. Le garantizamos al productor una comercialización en la que se valora su esfuerzo, siempre con sentido social”, señala Gustavo.
Asimismo, Laura explica: “en empresas como la nuestra hemos trabajado mucho en pagos justos con los caficultores pero consideramos que aún es un reto para toda la industria. Nos preocupamos por trabajar junto a los productores en calidad, eficiencia y sostenibilidad, a la par que educamos a nuestros consumidores para que valoren la calidad y el esfuerzo detrás de cada taza. Buscamos clientes para nuestros cafés a nivel internacional en mercados desarrollados en consumo de cafés especiales”.
Por otra parte, dentro de las acciones que realizan a favor de los caficultores, Gustavo cuenta que “Café Florencia ofrece transporte sin costo a los productores para que puedan comercializar su café. De igual manera se realizan pagos en efectivo y los ayudamos movilizándose de regreso”. Esto, teniendo en cuenta las largas distancias entre el campo y los cascos urbanos, sumado al mal estado de las vías colombianas, resulta fundamental.
¿Es compatible el abastecimiento ético con la rentabilidad empresarial?
La respuesta tanto de Laura como de Gustavo frente a este interrogante es contundente: sí. La directora de Café Quindío señala que su empresa ha “logrado alcanzar este equilibrio entre eficiencia financiera y abastecimiento ético mediante esfuerzos constantes para construir relaciones comerciales a largo plazo con los caficultores”.
Adicionalmente, comenta que el abastecimiento ético trae beneficios tanto para los productores como para las empresas comercializadoras y exportadoras. “Nuestros caficultores venden sus cosechas a un buen precio, mientras que nosotros aseguramos el abastecimiento”.
Gustavo está de acuerdo y señala que el abastecimiento ético permite un crecimiento económico para las dos partes. “Se trata de un crecimiento ordenado, que genera fuentes de empleo, que permite un relevo generacional en la caficultura y que a nosotros como empresa nos permite tener acceso a cafés y varietales de excelente calidad”.
Agrega que en el caso del departamento del Cauca, el abastecimiento ético también ha traído como beneficio que muchos agricultores dejen de lado cultivos ilícitos para dedicarse a la siembra de café. Esto, sin duda, conlleva un impacto social positivo para las comunidades locales y para el país.
Nuevos modelos de negocio
Aunque para Café Quindío y Café Florencia apostar por un abastecimiento ético y sostenible fue una decisión propia motivada por los beneficios sociales y ambientales que conlleva, ambos entrevistados señalan que muy pronto este enfoque no será opcional para las empresas.
“Considero que en el futuro el abastecimiento ético no será una elección. Las empresas deberán unirse a este modelo si quieren perdurar en el tiempo, no solo por el incremento en la conciencia de los consumidores sino por las amenazas reales que afronta la industria en materia de medioambiente, temas sociales y relevo generacional”, resalta Laura.
A su vez, Gustavo considera que el mercado “ha tomado ya la ruta de la sostenibilidad. Las empresas deben adaptar el concepto a sus modelos de negocios para que los beneficios no sean únicamente financieros sino sociales y ambientales”.
El abastecimiento ético del café le garantiza a las empresas un suministro estable y de calidad. Al mismo tiempo, beneficia a los caficultores al obtener precios justos por sus cosechas.
Un enfoque sostenible de la industria asegura que los consumidores disfruten de deliciosas tazas de café especial mientras conocen y valoran el esfuerzo de quienes conforman la cadena productiva del grano.
En resumen, el abastecimiento ético de café dejará de ser, posiblemente en poco tiempo, un enfoque de algunas marcas para convertirse en una exigencia del mercado.
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Créditos de las fotos: Café Quindío, Café Florencia.
PDG Español
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