Tostadores latinoamericanos que le apuestan al carbono negativo
El cambio climático es un tema de gran relevancia, no solo para la industria cafetera sino para el mundo en general. Esta preocupación colectiva incentiva a contribuir, desde diferentes frentes, a generar un menor impacto ambiental.
En cada proceso industrial hay acciones que se pueden implementar para reducir la huella de carbono, por eso, es relevante conocer las opciones que, en la actualidad, muestran beneficios, especialmente en el sector cafetalero.
El café se ve directamente afectado por las condiciones climáticas, por ejemplo, la salud del subsuelo es de suma importancia. En consecuencia, es necesario pensar en formas de contribuir conscientemente en el proceso productivo.
Dentro de la cadena de suministro del café uno de los procesos con más impacto frente a emisiones de CO2 es el tueste, por el humo y los gases derivados de la quema de combustible de las máquinas. En ese contexto, es clave que las tostadoras piensen cómo pueden llegar a ser carbono negativo.
Para conocer qué acciones se están implementando en Latinoamérica en este campo hablé con Jorge Devia, tostador de Colo Coffee Roasters, y con Jorge Sotomayor y Fabrizio Sención, tostadores de Café Estelar. Continúa leyendo para descubrir lo que me dijeron.
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¿Por dónde empezar la transformación?
Como paso inicial, algunas tostadoras, como Colo Coffee y Café Estelar, están instalando paneles solares que funcionan convirtiendo energía solar en electricidad a través de celdas. De esta manera, su consumo energético pasa a ser más sostenible y responsable.
Invertir en tecnologías como los paneles solares es una opción viable y rentable ya que el retorno de inversión es, en promedio, de cuatro a seis años teniendo en cuenta el ahorro de recursos económicos que se genera desde su instalación. Además, su funcionamiento puede durar entre 25 y 30 años, la vida útil de las celdas.
En muchos casos, invertir en maquinaria de tueste adecuada para el medioambiente no es fácil. La inversión aproximada en máquinas tostadoras certificadas como eco-friendly va en un amplio rango de entre 20 000 y 150 000 dólares. También, se debe agregar costos de instalación, ventilación, espacio físico adecuado, etc.
Por eso, es importante tener en el radar algunos otros procesos que no requieren de gran inversión económica sino de consciencia y disponibilidad para aplicarlos diariamente en la operación. El control de calidad al vigilar la cantidad a tostar sumado a un mantenimiento periódico y a la limpieza de las máquinas, hacen que el rendimiento en la operación sea óptimo.
Otro tipo de tecnología de recirculación en tostadoras como Loring, marca estadounidense, es recomendada para tostadores pequeños que estén considerando empezar a implementar mejoras en su proceso de tueste.
Impulsando la sostenibilidad
A diferencia de la sustentabilidad, que es hacer un uso correcto de los recursos actuales sin comprometer los de las generaciones futuras, la sostenibilidad es un término que se refiere a asegurar avances en el desarrollo social y económico que contribuyan a la calidad de vida de los seres humanos sin comprometer a las generaciones futuras.
Jorge Devia cuenta que desde 2019 en Colo Coffee Roasters apostaron por diferenciarse de otras marcas al enfocarse en generar un impacto social y, también, ambiental. Por un lado cuentan las historias de sus caficultores de café de especialidad, al tener una relación estrecha con ellos y, por otro, implementan tecnologías con el propósito de contribuir al cambio climático.
“Necesitábamos contar con maquinaria óptima, de buena calidad, e incorporarla a un sistema de energías limpias y renovables, siguiendo tendencias y propuestas tecnológicas para contribuir al ecosistema”, comenta Jorge.
Una de sus primeras acciones fue invertir en la instalación de paneles solares en el laboratorio de café donde no solo se alimentan de esa energía sino que la acumulan en una batería.
“Del 100 % que producimos, el consumo real a la fecha es 25 % suministro de la red en el laboratorio de tostado donde existe un flujo de personal 17 horas al día trabajando y el otro 75 % es en ahorro de energía que se utiliza en el resto de las instalaciones”, agrega.
Por su parte, Café Estelar, en Guadalajara, México, cuenta con una maquinaria donde la apuesta por reducir el impacto ambiental es utilizar energía alternativa. Para eso, instalaron paneles solares que alimentan toda la planta y que acumulan energía para después venderla en retorno a la ciudad.
“Hay veces que producimos y acumulamos más energía de la que consumimos gracias a la privilegiada ubicación con la que contamos”, comenta Fabrizio Sención.
También, se encuentran analizando algunos cambios en su bolsa empaque para que sea más fácil su reutilización o reciclado. Estos cambios, por mínimos que parezcan, aportan bastante, sobre todo cuando la producción es alta.
Jorge Sotomayor agrega que su “tostadora tiene un reconocimiento como máquina certificada eco-friendly, es una marca Holandesa que cuenta con estándares que la avalan con un menor impacto ambiental. En ella invertimos extra para tener un micro filtro que ayuda a eliminar emisiones de CO2, a su vez ayuda a que el aire caliente que emite en nuestra instalación no ahume”.
Además, cuentan con otra parte de la maquinaria que se llama ciclón y es para filtrar el humo que sale al final y contiene el tamo para no generar basura. Anteriormente se convertía en abono fertilizante para el jardín.
Otra de las acciones que desean implementar es el transporte eléctrico, una forma integral de reducir emisiones en otra parte esencial de la operación.
El proceso de cambio en las tostadoras
Según Jorge Devia, como tostador es necesario “vigilar la combustión del café, optimizar tus recursos, la cantidad de café a tostar, disminuir el tiempo de emisión de gases al tostar el café, la exposición de la llama (…) y analizar los residuos sólidos que se pueden renovar, como la película plateada en procesos como la trilla y la torrefacción”.
Para Jorge Sotomayor tiene que ver más con el consumo y las decisiones de compra. Él comenta que “una buena forma es no comprar café que reproduzca malas condiciones de trabajo y de campo que afectan, como insolación directa, es decir, cafés convencionales y baratos que no propician el cuidado de la naturaleza”.
Replicar cambios en todos los niveles
Un reto importante para la industria y sobre todo para quienes ya empezaron a implementar prácticas que los lleven a convertirse en carbono negativo es cómo replicar estas mejoras en más tostadores de sus países.
Si bien un gran paso es ser un ejemplo para sus colegas y para la industria en general, también es indispensable mantener, desarrollar y evolucionar a buen ritmo para beneficiar al planeta, o al menos para no afectarlo, mientras producen café de especialidad de alta calidad.
Al reflexionar sobre el café que consumimos y cuáles son las prácticas que hay detrás podemos cuestionar a las empresas cafeteras sobre sus estándares, procesos y buenas prácticas que benefician a nuestro planeta. Personalmente analizar y decidir responsablemente donde adquirimos nuestro café para consumo personal es hacer consciencia que en todos los procesos de la cadena de suministro hay siempre mejoras y que es válido preguntarnos de dónde y cómo llega esa gran taza de café que nos despierta por las mañanas con esperanza de un mundo mejor.
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Créditos de las fotos: Andrea Ley, Colo Coffee Roasters.
PDG Español
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