¿Qué es un latte y por qué es tan popular?
En las cafeterías de todo el mundo, el latte es sin duda la bebida a base de leche más popular. Según datos de 2020 del Project Café USA, el latte era la bebida más pedida en Reino Unido y la tercera bebida más consumida en las cafeterías estadounidenses.
Ahora bien, a pesar de su popularidad, la composición exacta del latte puede variar en función de la ubicación geográfica, incluso en toda Europa. Se cree que la bebida se originó técnicamente en la Europa del siglo XVII, algún tiempo antes de que se acuñara su nombre moderno a finales de la década de 1860.
¿Por qué es tan popular esta bebida? Hablé con dos profesionales del café para saberlo. Sigue leyendo y conoce lo que me dijeron.
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La historia del latte
El café y la leche se toman juntos en los cafés europeos desde el siglo XVII, además de ser una bebida popular en casa para muchos consumidores de café.
En toda Europa, el café con leche se conoce de diversas formas, como caffè latte en Italia, Milchkaffee en Alemania, café con leche en España y café au lait en Francia. A pesar de que el latte comparte similitudes con estas bebidas, no fue hasta finales de la década de 1860 cuando se estableció el primer uso del término para describir una bebida a base de café y leche.
Tim Sturk es asesor cafetero del Grupo Booker, además de juez y formador en concursos de café. Él cuenta que Estados Unidos ayudó a desarrollar el latte tal y como lo conocemos hoy.
“Cuando los estadounidenses importaron por primera vez máquinas de espresso de Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, querían imitar el café que habían consumido en el país”, dice. “En aquella época, los consumidores solían considerar que el café tenía un sabor demasiado fuerte, así que añadían leche para suavizarlo”.
El latte se popularizó en Seattle durante la década de 1980 y la bebida apareció en cafeterías de todo el país a lo largo de la década de 1990. Sin duda, los sabores más sutiles del café propiciaron su gran popularidad no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.
Sabrina Pastano es formadora autorizada de la Asociación de Cafés Especiales y directora de Guillam Coffee House en Londres. Ella explica por qué el latte es una de las bebidas más populares en las cafeterías a nivel global.
“El latte me hace pensar en mis raíces italianas”, dice. “También, es una bebida que cambia constantemente y se adapta al sector de los cafés de especialidad. Es tradicional pero revolucionaria”.
El latte en la actualidad
Debido a estas diferencias geográficas, puede resultar difícil definir universalmente el latte. A veces, puede parecerse más al flat white o al cappuccino, sobre todo por su tamaño.
En cambio, en otros lugares, el latte es una bebida mucho más grande: suele contener entre 295 y 340 ml. En comparación, el cappuccino suele tener unos 180 ml.
“Para mí, un latte es un cappuccino con más leche”, dice Tim.
Normalmente, un cappuccino tiene al menos 1 cm de microespuma, frente a los 0,5 cm de un latte o un flat white. En última instancia, esto afecta la sensación en boca de la bebida ya que menos microespuma produce una textura más fina, aunque cremosa.
Tim explica que el arte latte es un aspecto esencial del latte moderno. “Es muy raro no encontrar arte latte en cualquier bebida de café con leche en la mayoría de las cafeterías actuales”, afirma.
El concepto de arte latte existe desde hace siglos pero David Schomer, propietario de Espresso Vivace en Seattle, fue quien lo popularizó en la década de 1980. Hoy en día, existen varios modelos de arte latte muy conocidos, como el tulipán, el corazón y la roseta (también conocida como florette).
“El latte desempeña un papel importante en el sector de los cafés de especialidad”, afirma Sabrina. “No solo porque es una bebida popular, sino porque tiene muchas variantes”.
“Es posible llamarlo café latte, café au lait o café con leche”, explica. “Puedes tomarlo helado o con siropes. Puedes tomarte un latte en cualquier parte del mundo y esperar siempre algo diferente”.
Variaciones del latte
Aunque el latte puede variar según el lugar del mundo en el que uno se encuentre, hay algunos aspectos fundamentales de la bebida que son comunes.
“Tradicionalmente, el latte se preparaba vaporizando la leche para crear microespuma”, explica Sabrina. “A continuación, el barista vertía la leche en un vaso y añadía el espresso por encima”.
“Este método produce espuma seca en la parte superior de la bebida cuando se agrega con leche líquida debajo”, dice Sabrina. “Esta técnica de vaporización es diferente de la microespuma más húmeda que se utiliza para el arte latte”.
Este método es una forma más tradicional de preparar un latte, que no suele dar lugar al arte latte porque la espuma es demasiado espesa para verter la mayoría de los diseños.
“Un latte suele servirse en un vaso alto, de modo que cuando el barista agrega el espresso se pueden ver todos los matices del café moviéndose por la leche”.
Actualmente, es más común que los baristas agreguen la leche vaporizada sobre el espresso para preparar un latte. Esto se debe, en gran parte, a que este método es el mejor para el arte latte, que se ha convertido en un elemento básico en el sector de los cafés de especialidad.
“El sector de los cafés de especialidad contribuyó a que la microespuma texturizada fuera más común”, explica Tim. “La mayoría de los baristas y consumidores coinciden en que realza el sabor y la textura de la bebida”.
Dado que la mayor parte de un latte es leche, es importante que los baristas perfeccionen sus técnicas de vaporizado y vertido para preparar la mejor bebida posible para el consumidor. Una microespuma de mala calidad puede afectar negativamente la sensación en boca de un latte, haciendo que la bebida parezca poco espesa o aguada.
¿Cómo se prepara?
“Para hacer un latte, utilizamos la misma base de espresso que para un cappuccino o un flat white”, explica Sabrina. “Generalmente utilizo una proporción de 1:2, dependiendo del café”.
“Un latte suele ser más espumoso que un flat white pero menos que un cappuccino”, añade. “Por eso, para muchos consumidores es el equilibrio perfecto entre espresso y leche”.
Sabrina recomienda que el latte se sirva siempre en un vaso y no en una taza. Dice que así el cliente puede ver cómo se mezclan lentamente los distintos tonos de la leche y el café, lo que le ofrece un atractivo visual mientras lo bebe.
El latte también suele ser más grande que el flat white o el cappuccino porque se añade más leche al espresso. Por lo general, esto significa que la bebida desprenderá menos sabor a café, creando una bebida más dulce y láctea.
Por eso, la intensidad del espresso es especialmente importante. Para resaltar al máximo el sabor del café, muchas cafeterías utilizan dos dosis de espresso en sus lattes.
“Starbucks solía preparar sus lattes con un solo shot de espresso (30 ml) en una taza de 340 ml”, explica Tim. “La demanda de los consumidores en Reino Unido empujó a Starbucks a cambiar su receta a dos shots (60ml)”.
Hoy en día, los cafés con leche preparados en cafeterías especializadas suelen tener al menos 236 ml. Esto permite que el espresso corte el dulzor de la leche, al tiempo que ofrece una bebida más láctea a los clientes.
Por regla general, los perfiles de tueste medio a oscuro son más adecuados para el latte, así como los cafés con más notas de chocolate y frutos secos porque estos sabores suelen complementar mejor los grandes volúmenes de leche. Por su parte, los cafés más afrutados o de tueste más ligero podrían resultar demasiado ácidos para muchos consumidores.
Cuando prepares un latte, prueba utilizar cafés de América Central o del Sur, como Brasil, Guatemala y Colombia. Estos cafés suelen tener más sabor a chocolate, frutos secos y caramelo, y suelen funcionar mejor en bebidas de café con leche de mayor tamaño.
Muchas bebidas de café con leche se preparan de forma diferente en todo el mundo, incluido el latte.
A lo largo de los años, esta bebida se ha convertido en un elemento básico de la industria mundial del café y sigue siendo muy popular entre muchos consumidores.
Independientemente de cómo se prepare, una cosa es segura: el latte estará presente en los menús de las cafeterías durante muchos años.
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Créditos de las fotos: Matthew Deyn.
Traducido por: María Romero. Traducción editada por Alejandra Soto.
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