Los bioinsumos en la industria cafetera: ¿realidad o futuro?
Bioinsumo, una palabra poca usada por muchos actores de la cadena productiva del café, en realidad solo significa que el insumo tiene una procedencia natural. Por su parte, la demanda de insumos químicos para atacar plagas y enfermedades, así como para la nutrición y fertilidad de la planta, es altísima.
En los procesos productivos se obtienen una serie de elementos, tradicionalmente considerados desechos, que se pueden transformar en la fuente básica de materias primas para crear productos que reemplacen el uso de químicos. Este enfoque, finalmente, lo que busca es reducir el impacto en el ecosistema pero la pregunta que muchos se hacen es ¿hasta qué punto pueden sustituir a los insumos químicos?
Para resolver esta incógnita y profundizar en el uso de bioinsumos en la industria cafetera, hablé con tres expertos en el tema: René Madrid, Juan Ramón Collar y Mariano Vargas. Sigue leyendo para enterarte de todo lo que me dijeron.
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¿Qué son los bioinsumos?
Bioinsumo es un producto o insumo de origen biológico, procesado mediante microorganismos como hongos, bacterias o virus, que se utiliza para mejorar la productividad, la protección de la planta y para evitar que la salud del suelo se deteriore.
Otra de las características del bioinsumo es que puede producirse artesanalmente, en una finca pequeña, o escalarse para aprovechar la extensión amplia o la suma de esfuerzos, como en las cooperativas.
El bioinsumo surgió como un producto de la agricultura orgánica y regenerativa, ideado en la reflexión sobre el cambio climático, su impacto en la producción agrícola y la necesaria adaptación tecnológica. No pasó mucho tiempo para empezar a aprovechar desechos como la pulpa, las aguas mieles o la cascarilla, en especial si se tiene en cuenta el alza en los precios de muchos insumos tradicionales para la finca y la preocupación por disminuir la huella de carbono.
Mariano Vargas, agrónomo y jefe de operaciones de Finca La Hilda en Costa Rica, lo dice muy claro: “cuando se habla de bioinsumos, básicamente, es el aprovechamiento total de los recursos que tengamos en el ecosistema productivo del café”.
Bioinsumos en cambio de insumos químicos: ¿es posible?
Sobre si los bioinsumos pueden sustituir de forma sostenible a los insumos tradicionales en la producción de café, Juan Ramón Collar, agrónomo de la comercializadora hondureña PROEXO, considera que es viable alcanzar este objetivo pero aclara que es necesario tener paciencia para realizar un proceso adecuado y progresivo.
“No es de un día para otro que vamos a cambiar de insumos, de como lo hemos venido haciendo, a estos nuevos insumos orgánicos, sino que todo es un proceso que lleva alrededor de cuatro años para considerar que ya se puede trabajar con insumos 100 % orgánicos y poder tener un cultivo sustentable”, dice.
Mariano coincide en que se puede conseguir la transición completa de los químicos a los bioinsumos: “si conocemos bien la plantación, la región en la que estamos, si sabemos su ciclo fenológico podemos no solo controlar enfermedades con biopesticidas sino que también podemos lograr esa no dependencia de fertilizantes químicos”.
Algunos casos de éxito en la región
En honduras
PROEXO es una empresa productora y comercializadora de café ubicada en Copán que cuenta con certificaciones de producción orgánica y comercio justo. Según René Madrid, su gerente general, en la producción comercializada por la empresa ya se usan distintos bioinsumos, aunque aún no a toda capacidad.
Por ejemplo, cuentan con “una planta transformadora de los desechos para la generación de abonos orgánicos como compostajes, lombricomposta a base de la lombriz californiana roja y biofermentos líquidos, como los lixiviados para generar foliares para las plantaciones”.
Quizá lo más complicado sea que el productor confíe en la propuesta de la agricultura regenerativa. Por eso, René cuenta que, actualmente están “trabajando en la implementación de tecnologías de enseñanza-aprendizaje con los productores, con intercambio de productor a productor, con días de campo, con escuelas de campo, con metodologías de aprender haciendo, y el productor puede evidenciar de una manera directa los resultados que puede traer el implementar estas buenas prácticas”.
En Costa Rica
Por otra parte, al pie del volcán Poás, se encuentra Finca La Hilda, productora de los granos SHB que le han dado fama al café del Valle Central tico. Aquí, desde 2018, comenzaron a hacer pruebas sobre la producción y el uso de bioinsumos, en especial para usar en su vivero. En 2020, establecieron formalmente su biofábrica Jairo Restrepo, en honor al gran promotor de la agricultura orgánica.
Después de obtener buenos resultados en el vivero ampliaron la producción de bioinsumos. Según explica Mariano, la transición de simplemente producirlos a establecer una biofábrica radica en la medición y estandarización de procesos, las temperaturas y los ingredientes. “En buscar la eficiencia de este tipo de productos que tenemos en pequeño, tenerlos en dimensiones importantes porque ahí es donde es atractivo para la finca”.
Las prácticas de agricultura orgánica, biosustentable y regenerativa tienen en común que buscan nutrir el suelo y el ecosistema para aprovechar al máximo lo que hay en el terreno o cerca de él. Por ejemplo, en Finca La Hilda usan agua de mar en los biopesticidas para controlar la roya y el ojo de gallo.
“Una de las materias bases que tenemos en la biofábrica son los microorganismos pero también la boñiga de vaca. Aquí es donde viene algo importante y uno de los principios de la agricultura regenerativa: la integración pecuaria de las fincas de café o cualquier finca”, dice Mariano.
Los tipos de bioinsumos
Las dudas más recurrentes entre los interesados en explorar esta práctica tienen que ver con el varietal y el tipo de bioinsumos que se pueden producir. Algunos de ellos son los bioles, biopesticidas, biofertilizantes, biofermentos y compostajes.
La variedad de la planta sembrada es muy relevante porque cada una tiene necesidades y características distintas entre sí, así que es necesario conocer el efecto de este factor al hacer una transición hacia el uso de bioinsumos en la finca. Por ejemplo, Mariano afirma que “si la variedad se diseñó para que tuviera alta producción entonces va a ser muy demandante de agroquímicos”.
Por su parte, René también habla de los bioinsumos para obtener productos para consumo humano. “Como han surgido tantas investigaciones, sabemos trabajar los desechos de una manera más inocua. En el caso de la cáscara del café o la pulpa, se están utilizando para deshidratarlas y hacer harinas, la cáscara puede ser utilizada para hacer salsas”.
El impacto de la coyuntura internacional
A partir del conflicto en Ucrania, los precios de algunos agroquímicos se dispararon y esta situación muestra a los bioinsumos ya no como una alternativa riesgosa o cara sino como una opción atractiva. “Es una oportunidad para demostrar que podemos lograr la disminución o la no dependencia de químicos, en este caso, especialmente de fertilizantes”, señala Mariano.
En Honduras las cosas no lucen muy diferentes, por eso, René afirma que “ahora con el tema de los altos costos de los fertilizantes convencionales creo que también es un reto para los pequeños productores implementar estas buenas prácticas y que de esa manera se minimice el impacto negativo”.
En este contexto, el uso de bioinsumos como opción para reemplazar los agroquímicos se muestra como un camino no solo viable sino especialmente bueno para los pequeños productores. De esta forma, pueden enfrentar la carestía de insumos tradicionales, como los fertilizantes rusos, y evitar que la producción de café siga aumentando sus costos.
Este momento histórico hace que la realidad de los bioinsumos, aunque local, sin financiación y a veces con esfuerzos poco coordinados, tenga un futuro vivo y vibrante. Sus procesos de producción se pueden llevar a cabo con material de bajo costo y a la escala necesaria para el caso particular de cada finca.
Por otro lado, el énfasis en la salud del suelo y el ecosistema que forma el cafetal, hace que el uso generalizado de bioinsumos en la producción de café sea deseable. “Aparte de que nos va a ayudar a reducir costos y tenemos una opción de fertilizante a la mano, también crea un ecosistema de vida en el suelo y nos va a asegurar que vamos a tener suelos fértiles y dispuestos siempre para la producción”, afirma Juan Ramón.
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Créditos de las fotos: René Madrid, Mariano Vargas.
PDG Español
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