Cromatografía de suelos: una herramienta al alcance de los caficultores
Existe una relación directa entre la calidad del café y la del suelo. Lamentablemente, en los últimos años, debido al uso intensivo de agroquímicos y a otras malas prácticas agrícolas, la salud de los terrenos se ha visto afectada y, en muchos casos, ha ocasionado que sean infértiles.
Para muchos caficultores, ya sea por temas económicos o de logística, se vuelve difícil acceder a estudios o análisis de suelos. Para enfrentar a esta situación, es posible acudir a la cromatografía, una herramienta que está al alcance de los productores, en términos prácticos y económicos.
Hablé con dos expertos ubicados en Ecuador para conocer los beneficios de la cromatografía y cómo ponerla en práctica. Sigue leyendo y descubre lo que me dijeron.
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¿Qué es la cromatografía de suelos?
Al hablar de la cromatografía se suele pensar en un análisis difícil de realizar sin tener un laboratorio especializado. Si bien es necesario aclarar que la cromatografía es una técnica muy amplia en la que se encuentran distintas tipologías, como de fase líquida o de gases, en este caso hablaremos de la cromatografía plana.
Francisco Abad, ingeniero agrónomo y experto en cromatografía de suelos, la define como “un método de separación donde el papel va haciendo una barrera que ha medida que se expande el líquido, donde está el suelo diluido, van haciéndose capas desde lo más sólido a lo más sutil”.
En resumen, con la cromatografía de suelos es posible ver sobre un papel filtro como se encuentran en el suelo las relaciones entre minerales, materia orgánica y microorganismos.
Por su parte, Charles Ludeña, ingeniero agrónomo y colaborador en una asociación de productores de café en la provincia de Loja, comenta que la cromatografía “es un método de análisis cualitativo que ayuda a ver aspectos de la salud del suelo. Es un análisis muy potente para los pequeños caficultores que buscan ver lo que realmente está sucediendo en el suelo”.
La importancia de la cromatografía en el cultivo de café
Para Charles, la importancia radica en que a diferencia de los análisis de suelo tradicionales, en la cromatografía se analizan las relaciones entre minerales, materia orgánica y microbiología, lo que entrega resultados integrales y muestra las necesidades nutricionales de los cultivos.
Algo importante a resaltar sobre la cromatografía es su bajo costo, lo que permite estar al alcance de muchos caficultores. De hecho, hay casos donde se aplica para llevar un control por microlotes de café y tomar decisiones de mejora durante las distintas etapas del cultivo.
Francisco explica que en los cultivos de café esta técnica permite determinar el estado de la materia orgánica, incluso la residualidad de la parte mineral, ya sea de insumos sintéticos u orgánicos, lo que es útil para ir controlando la transición de un sistema de monocultivo a un sistema orgánico; por ejemplo, necesario para los productores que se encuentran en el proceso de certificación orgánica o en el llamado periodo de transición.
¿Qué tan difícil es de poner en práctica?
Como todo análisis, es necesario aplicar un procedimiento de forma ordenada y con una secuencia lógica pero, específicamente, esta técnica no involucra una gran cantidad de pasos o insumos costosos.
De hecho, Charles explica que si bien son necesarios algunos materiales como un mortero o cajas petri, pueden ser reemplazados por objetos que se tienen a la mano, como un plato de porcelana y anillos de PVC.
Respecto al tiempo necesario para realizarlo, para Francisco, una persona que se esté iniciando en esta práctica puede gastar cuatro horas para hacer doce análisis, aunque los resultados estarán disponibles después de un día y medio, debido al tiempo de espera necesario para que los resultados se revelen. Para una persona con cierto nivel de experticia es posible hacer hasta 50 muestras en el mismo periodo de tiempo.
El paso a paso de la técnica debe ser estudiado a detalle pero, de manera general, se divide en dos etapas: la primera es la preparación de la muestra, que inicia con la recolección de la muestra y los datos en campo, seguida de un secado de forma natural al sol, para después realizar un tamizado y molienda del suelo utilizando un mortero.
La segunda etapa es realizada en un laboratorio donde se inicia con la preparación de dos reactivos, una solución de hidróxido de sodio al 1 % y otra de nitrato de plata al 0,5 %. Posteriormente, se prepara el papel filtro. Para eso, es necesario perforar un orificio de 2 mm en su centro y realizar dos marcas a cuatro y seis cm.
Los siguientes pasos abarcan la impregnación del papel filtro con la solución del nitrato de plata, disolver 5 gr de muestra en la solución de hidróxido de sodio y proceder a mezclar en tres etapas. Se deja reposar y, después de seis horas, se realiza la impregnación del papel antes preparado con esta solución.
La última etapa es el secado y revelado de la muestra. Aquí es necesario dejar reposar, primero, en una superficie horizontal y, después, cuando estén secos, colgarlos en una ventana y finalizar el proceso. La interpretación es realizada según la experticia de cada persona aunque existen algunas guías básicas para entender los resultados.
Los resultados y qué hacer con ellos
Los cromatogramas o cromas tienen diferentes zonas: una central, una mineral, otra de materia orgánica y la enzimática.
Los resultados se basan en la relación entre estas zonas a través de colores, formas y disposiciones radiales que pueden dar un resultado con varios indicios, por ejemplo, si el suelo está afectado con químicos, si es saludable, tiene humus o está compactado.
Para Francisco, el resultado de la cromatografía debe ir acompañado de la toma de decisiones con base en él. Explicaba, por ejemplo, que si hay una materia orgánica bloqueada se deben buscar procesos biológicos que ayuden o si se detectan problemas en la parte mineral hay que realizar procesos bacterianos.
Sumado a esto, Charle afirma que el uso de esta técnica es útil para saber si los abonos aplicados a los suelos están dando resultados o si es necesario un cambio de estrategia.
¿Cuándo y dónde realizar la cromatografía?
Para cultivos de café, es recomendable realizar un análisis de cromatografía cada tres meses para realizar un seguimiento de los suelos, aunque este tiempo no es una camisa de fuerza y se puede adaptar a las necesidades de cada finca.
Después de realizar un trabajo consciente, desde el inicio, en etapas posteriores los análisis pueden realizarse en periodos más amplios, sostiene Charles.
Además, Francisco señala que es muy importante anticiparse a ciertas etapas de cultivo donde la planta está en reposición. Se debe evaluar cómo está el suelo para ver qué se puede agregar, evaluar por lotes y en los que estén más retrasados en su proceso de humificación incorporar más composta.
Otra de las grandes ventajas de esta técnica es su flexibilidad para ser aplicada no solo en suelos ya que es posible analizar varios tipos de granos y, específicamente para el café, existen experiencias de análisis en café verde, tostado y molido.
La cromatografía brinda la oportunidad a los agricultores de tener la información al alcance de sus manos y la independencia de realizarla en el momento en que cada uno lo requiera sin afectaciones en tiempo o economía.
Controlar los procesos que se realizan en los suelos es cuidar nuestra fuente de ingresos. Hoy en día, es muy difícil pensar en mantener un cultivo a base de agroquímicos o abonos sintéticos, por eso, hay que prepararse para responder a las nuevas realidades.
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Créditos de las fotos: Francisco Abad, Charles Ludeña, José Miguel Mosquera.
PDG Español
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