¿Producción de café en países no productores? Conoce un caso en Argentina y otro en Islas Canarias
Los cultivos de café se suelen ubicar en el cinturón del café, que se encuentra entre el trópico de cáncer y el trópico de capricornio. Los países que están en esa zona se caracterizan por tener un clima tropical y temperaturas templadas. Además, no tienen estaciones delimitadas y se van intercalando entre temporadas húmedas y secas.
Los orígenes más conocidos en la producción de café son Brasil, Vietnam, Colombia, entre otros; sin embargo, hay algunos lugares poco conocidos en los que también se produce, por ejemplo, en la provincia de Salta en el noroeste argentino y en el Valle de Agaete en la Isla de Gran Canaria.
Para conocer más sobre la producción de café en países que tradicionalmente no son productores, hablé con Piedad Graciela Ortiz, dueña de Café Baritú y caficultora argentina, y con Victor Lugo Jorge, quinta generación de cafetaleros y gerente de Finca La Laja en el Valle de Agaete. Sigue leyendo para descubrir lo que me dijeron.
Lee también: Guía de la producción de café en Haití
Una iniciativa cafetalera en Argentina
En 1973, en la provincia de Salta, se lanzó el programa Salta Café con el objetivo de incentivar la producción del grano en la zona de las Selvas Tropicales, el límite con la Selva de los Yungas de Bolivia, gran zona cafetalera. El papá de Piedad, Antonio Ortiz, junto con sus hermanos fueron los pioneros en unirse al programa e instalaron su finca en el departamento de Aguas Blancas.
Lamentablemente, en 1991, con la ley de convertibilidad del uno a uno, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, mantener los cafetos fue cada vez más difícil. Había mucha competencia con los productores internacionales al ser más fácil y económico importar en vez de producir localmente. Por eso, se vieron obligados a abandonar la finca.
En el 2008, Piedad empezó a dedicarse a la recuperación del terreno. Primero, con la limpieza del monte y, después, rescató las semillas sanas de café. Finalmente, en 2013, logró tener su primera plantación, hasta el momento, el único cafetal argentino; sin embargo, una helada acabó con el 80 % de los cafetales. En consecuencia, hasta 2017, logró nuevamente tener una primera cosecha y fundar Café Baritú.
El primer local de Café Baritú abrió en 2019 en San Salvador de Jujuy. Hoy en día, van en camino a abrir un segundo local. Su café se caracteriza por ser 100 % orgánico y en su producción no usan ningún tipo de agroquímicos.
Por el momento, todo el café producido es para uso exclusivo de Café Baritú, no venden a terceros y no consideran conveniente comercializar café verde. Piedad cuenta que los cafetos crecen bajo la sombra de los árboles nativos, que suelen ser lapachos y naranjos silvestres. Los varietales que trabajan son todos de la tipología Arábiga varietal Catuaí y su café se caracteriza por tener notas a chocolate con un dejo de caramelo.
¿Cómo llegó el café a Gran Canaria?
Las Islas Canarias son un archipiélago en el Océano Atlántico, en frente de Marruecos, a mitad de camino entre Europa y Sudamérica. Son reconocidas por sus playas, clima templado y paisajes memorables. También, su oferta gastronómica está llena de productos de calidad y unos de los qué ganó popularidad en los últimos años fue el café.
El café llegó a las Islas Canarias en 1800 gracias a un monarca español amante de la botánica. Además, muchos barcos provenientes de Sudamérica paraban en las Islas antes de seguir su camino hacía el norte y dejaban mercaderías en el territorio, entre ellas el café. La planta se adaptó perfectamente al clima de la Isla, sobre todo, en el Valle de Agaete donde la temperatura es ideal para el cafeto, hay humedad y las temperaturas no bajan de 18 °C.
En 1892, en la feria de París, el café de Agaete se reconoció como un producto exótico, junto a todas las frutas tropicales que crecen en el lugar. Desde entonces, se fue desarrollando la cultura cafetera de la zona con la apertura de cafeterías y con el crecimiento de los cultivos de café y vino, que se volvieron el sustento de muchas familias de la zona. Una de ellas, es la familia de Victor que, hoy en día, tiene dos hectáreas y 4000 plantas de café.
El programa de recuperación del cultivo de café
A principios de los 2000, Victor impulsó un proyecto llamado Revalorización del café de Agaete con el objetivo de recuperar el cultivo de los cafetales del valle. El programa contó con el apoyo del ayuntamiento de Agaete, el Cabildo de Gran Canaria y la asociación de agricultores de café de Agroagaete.
Así, se acercaron al cultivo del café de especialidad. “Algo muy importante para nosotros era mantener el legado que recibimos: una variedad Arábica típica del valle de Agaete con unas condiciones climatológicas, con un tipo de beneficiado. Siempre teniendo en cuenta de dónde veníamos”, afirma Victor.
Actualmente, ya son 50 familias las que trabajan en los cafetales de Los Berrazales y cada una desarrolla de manera distinta su producto pero priorizando la calidad ante todo. Hoy en día, producen entre 4000 y 5000 kilos de café por año.
El café, antes del programa de revalorización, lo cobraban sobre los 12 euros por kilo, ahora el valor está alrededor de 80 y 100 euros por kilo. “Lo que siempre tuvimos claro, desde el primer momento, es que quien iba a ganar el dinero y quien se iba a llevar el beneficio del café era el agricultor, él debía ser el mejor pagado”, resalta Victor. En ese contexto, se volvió primordial cuidar la calidad del producto final.
Para ayudar a difundir el cultivo del café local, hace 15 años, comenzaron a relacionarlo con el sector turístico al ofrecer visitas y recorridos en la finca. El éxito fue tal que, hasta hoy, no pueden vender su café a terceros ya que la producción alcanza solamente para venderla ellos mismos.
Tanto en Argentina como en las Islas Canarias se evidencia una recuperación del legado cafetero que se estaba perdiendo o que había quedado totalmente abandonado, como en el caso de Café Baritú. Con un esfuerzo constante y un trabajo respetuoso con el medioambiente lograron desarrollar un producto final de la mejor calidad.
Claramente, el proceso de recuperación fue largo y con diferentes dificultades en el camino pero la pasión por sus proyectos no los detuvo. Victor afirma que a medida que vas aprendiendo sobre el mundo del café, sabes cada vez menos porque las innovaciones y los descubrimientos son cada vez mayores. Por eso, es un desafío constante desarrollar un producto innovador y de calidad.
Adicionalmente, estos productores tienen la ventaja de ofrecer un café que sobresale al tener un origen único e imposible de encontrar en el mercado. Las oportunidades que tienen para seguir creciendo son muchas, tal vez, el siguiente paso en su camino pueda ser la exportación para que más consumidores conozcan el café de países que tradicionalmente no tienen en el radar.
¿Disfrutaste este artículo? Entonces lee nuestro recorrido por algunas zonas cafeteras de Costa Rica
Créditos de las fotos: Finca La Laja, Piedad Graciela Ortiz.
PDG Español
¿Quieres leer más artículos como este? ¡Suscríbete a nuestro boletín semanal aquí!