La evolución de las tiendas de café en el Reino Unido
Actualmente, estamos acostumbrados a ver tiendas de café en todas las calles del Reino Unido, y con el consumo de cafés de especialidad creciendo a buen ritmo, no parece que esto vaya a cambiar pronto.
Saber que esta tendencia lleva siglos desarrollándose puede sorprender. Se calcula que a mediados del siglo XVIII había varios miles de tiendas de café solo en Londres. Si todavía tuviéramos el mismo número de tiendas de café per cápita, superarían ampliamente a las que se encuentran actualmente en algunos pueblos y ciudades.
Entonces, ¿cómo llegaron las tiendas de café a crear una industria cuyo valor se estima en US$102 000 000 hoy en día? ¿Cómo han llegado a formar parte de nuestra vida cotidiana? ¿Han cambiado tanto las tiendas de café y sus clientes en los últimos siglos?
Hablé con dos expertos de renombre mundial para saber más sobre la historia de la cultura de las tiendas de café en el Reino Unido y cómo han cambiado las cosas. Sigue leyendo para descubrir lo que dijeron.
También te puede interesar nuestro artículo sobre el tercer lugar y las tiendas de café
De los humildes comienzos a las “universidades del penique”
A mediados del siglo XVI, la humilde tienda de café llegó a Europa a través del Imperio Otomano. Sus raíces se remontan a Constantinopla, donde dos hermanos sirios crearon la que se reconoce como una de las primeras tiendas de café del mundo.
El profesor Jonathan Morris es autor de Coffee: A Global History y presentador del podcast A History of Coffee. Él dice que incluso las primeras cafeterías, conocidas entonces como “coffeehouses” tenían una característica acogedora por naturaleza.
“En aquellas primeras cafeterías árabes [o coffeehouses] se trataba a las personas como iguales, en el sentido de que te servían en el orden en que llegabas y te sentaban en el orden en que llegabas”, dice. “Ofrecían un ambiente casi democrático”.
El café tardó más o menos otro siglo en llegar a Europa. El primero se abrió en Oxford, Reino Unido, en 1650 o 1651. Uno o dos años más tarde, un hombre llamado Pasqua Rosée (que se cree que procede de algún lugar cercano a la actual Croacia) estableció la primera tienda de café en Londres.
Rosée era el criado de un comerciante que montó un puesto de café en el callejón de San Miguel de Londres en 1652. Dos años más tarde, abrió una cafetería permanente y, en 1672, abrió otra en París.
La ubicación y la ocasión fueron significativas ya que atrajo inmediatamente a dos tipos de clientes: los comerciantes, que trabajaban en las cercanías, y al público que deseaba discutir los acontecimientos actuales de la época, es decir, los últimos días de la guerra civil inglesa.
Con el tiempo, surgió un tercer tipo de clientes: los virtuosos. Se trataba de intelectuales, autoproclamados o no, quienes se reunían para debatir y compartir ideas a menudo revolucionarias o extravagantes para la época.
Robert Thurston es profesor emérito de Historia en la Universidad de Miami y autor de Coffee: From Bean to Barista.
Él dice: “la clientela era algo democrática. La mejor palabra para describirla era [una atmósfera de] ‘ingenio’. Si podías aportar con ingenio a la cafetería, podías sentarte allí y hablar con otras personas”.
Este elemento de democracia puede explicar por qué las cafeterías pronto llegaron a ser conocidas como las “universidades del penique”. La gente común podía asistir por el precio de un penique, leer periódicos y participar en las discusiones y debates del día; sin embargo, esto no era así para las mujeres porque las cafeterías estaban prohibidas para ellas, a menos que estuvieran empleadas en el lugar.
Las cafeterías legendarias de Londres
Algunas instituciones famosas, que aún existen, pueden remontar sus orígenes a las cafeterías fundadas hace siglos. Por ejemplo, en el Lloyd’s Coffeehouse se cerraron tantos tratos entre mercaderes y marineros que acabó convirtiéndose en el Lloyd’s de Londres, uno de los mercados de seguros más grandes y antiguos del mundo.
Del mismo modo, Jonathan’s, una cafetería que sobrevivió a incendios y varios traslados a lo largo de los años, fue uno de los primeros lugares donde se negociaban acciones y materias primas. Cuando varios comerciantes alborotadores fueron expulsados de The Royal Exchange, Jonathan’s se convirtió en la Bolsa de Londres.
También, se dice que en White’s, en St James’s Street, los clientes hacían grandes apuestas sobre cuánto tiempo vivirían otros clientes. Se cree que esta práctica, más bien morbosa, dio origen a la industria de los seguros de vida.
Del mismo modo, The Spectator, la publicación semanal activa más antigua del mundo, tuvo sus inicios en las cafeterías del Londres de principios del siglo XVIII. Joseph Addison, político de la época, era considerado un escritor brillante pero un pésimo orador.
En ese entonces, la conversación era importante pero la naturaleza democrática de una cafetería significaba que un cliente también era libre de escuchar y ser espectador de las discusiones de los demás. Así, publicando lo que escuchaba, Addison creó The Spectator. Hoy, la publicación respeta su herencia con un blog en su sitio web titulado Coffee House.
Las cafeterías londinenses de los siglos XVII y XVIII también podrían considerarse progenitoras de los espacios de oficinas compartidas. Los clientes se apoderaban de las mesas con sus papeles, lápices y tazas de café y se instalaban a trabajar.
A finales del siglo XVIII, las cafeterías comenzaron a vender alcohol y se volvieron más bulliciosas. Jonathan dice: “[con] el apogeo de la popularidad de las cafeterías, se desarrolló un furor por el gin. Las cafeterías empezaron a ofrecer alcohol y los pubs agregaron café en sus menús, así que las cosas empezaron a mezclarse”.
Una historia moderna: cappuccinos y la contracultura
Tras la aparición del alcohol, la línea entre el pub y la tienda de café se difuminó y tuvieron que pasar unos 200 años antes de que las cafeterías de Inglaterra vieran algún tipo de resurgimiento.
En los años 50, el Reino Unido experimentó una serie de cambios sociales importantes, acogiendo a inmigrantes de las antiguas colonias y de los países de la Commonwealth. Esto coincidió con la aparición de una nueva secta social: los adolescentes.
Esto significó que a lo largo de los años 50 y 60, la zona del Soho londinense se volvió juvenil, diversa y ecléctica; a su vez, empezaron a surgir las tiendas de café.
Algunos ejemplos famosos son La Macabre, una tienda de café decorada con paredes negras, telarañas, calaveras y ataúdes, y Moka Bar, el primer bar de espresso de Londres. La novedad y la ausencia de restricciones de edad hicieron que, a principios de los años 60, estos locales se convirtieran en símbolos populares de la contracultura.
“Estas tiendas de café del Soho se inspiraron en el espresso italiano”, dice Jonathan; “no obstante, realmente eran lugares a los que iban los adolescentes porque no querían estar con sus padres en el pub”.
Las tiendas de café y las tiendas para adolescentes de la época podían ser lugares muy animados, con música de una máquina de discos o de un grupo en vivo. Este ambiente animaba a los clientes a bailar, mientras otros simplemente seguían con sus conversaciones.
El profesor Morris añade: “hubo un entusiasmo en torno al café en la década de 1950, cuando salió del racionamiento, pero el café era muy secundario en el aspecto social”.
Las tiendas de café abrían desde primera hora de la mañana hasta última de la tarde y el tipo de cliente variaba según la hora del día.
En poco tiempo, la clientela de una tienda de café típica se había vuelto más diversa que nunca. Había de todo: trabajadores de fábricas, oficinistas, empresarios, músicos y personas de todas las nacionalidades.
Eran, como describió Jonathan a las tiendas de café otomanas, muy democráticas, incluso en una época en la que no siempre se podía decir lo mismo de la sociedad inglesa en general.
A mediados de la década de 1960, las cosas volvieron a cambiar. El Reino Unido era la capital mundial de la música popular y los adolescentes emigraban hacia los locales de música en vivo, las discotecas y las tiendas de discos. Las tiendas de café pasaron a un segundo plano a medida que la década llegaba a su fin.
Después, a medida que las marcas instantáneas se hicieron más populares en los años 70 y 80, la clientela comenzó a tomar su café en otros lugares. Casi tan pronto como comenzó el resurgimiento, la burbuja estalló. Las tiendas de café fueron sustituidas por grandes cafeterías que vendían desayunos baratos, té y café instantáneo. La tienda de café no volvería a tener otro progreso en el Reino Unido durante 40 años.
La aparición de la escena del café de especialidad en el Reino Unido
Si avanzamos hasta 2005, el Soho vuelve a ser el epicentro del último desarrollo en las tiendas de café en el Reino Unido.
Peter Hall, australiano, y Cameron Maclure, neozelandés, querían tener un lugar en el que pudieran disfrutar de una taza de café de calidad como las que disfrutaban en su país. Su solución fue abrir Flat White en Berwick Street. Este era, a todos los efectos, el sucesor espiritual de aquellos bares de espresso del Soho de los años 50.
Las escenas de café, tanto en Australia como en Nueva Zelanda, ya estaban mucho más avanzadas en ese momento. Ambos se centraban en ofrecer bebidas de mejor sabor, enfocándose en la producción, el tueste y la preparación de café de alta calidad. También, ofrecían algo que no siempre había sido una característica de las cafeterías del Reino Unido: un alto nivel de servicio.
Al principio, los clientes eran expatriados australianos y neozelandeses quienes buscaban un buen café pero, muy pronto, los oficinistas y los clientes interesados por encontrar brunch durante el fin de semana se aficionaron a esta nueva y emocionante versión de una tradición de hace 300 años.
En los años transcurridos desde que Hall y Maclure abrieron Flat White en 2005, las tiendas de café de especialidad han crecido en grandes números en Londres y, ahora, se están expandiendo a ciudades más pequeñas de todo el Reino Unido.
La capital del país se ha convertido en un centro neurálgico de innovación en materia de café en Europa y también han empezado a surgir en la ciudad multitud de microtostadurías. Las perspectivas de los cafés de especialidad en el Reino Unido son ciertamente positivas pero ¿qué vendrá después? Pase lo que pase, serán unos años interesantes, con seguridad.
¿Disfrutaste este artículo? Entonces lee sobre cómo está evolucionando la escena del café de especialidad en Londres
Crédito de las fotos: Unsplash.
Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por Alejandra Soto.
PDG Español
¿Quieres leer más artículos como este? ¡Suscríbete a nuestro boletín semanal aquí!