¿Es viable que los países productores sean anfitriones de competencias mundiales de baristas?
El Campeonato Mundial de Baristas (WBC por sus siglas en inglés), por lo general, tiene lugar en países no productores de café. En consecuencia, muchos se cuestionan por qué los países de origen no son seleccionados como sede de eventos que tienen tanto impacto para la industria.
En 2011, Colombia fue anfitrión del primer WBC realizado en un país productor y gracias a él la industria cafetera local tuvo un impulso importante. Sin duda, son muchos los beneficios que conlleva ser sede de una competencia como esa pero ser seleccionado no es tarea fácil.
¿Por qué más países productores de América Latina no han tenido esta oportunidad? ¿Es posible que cambie esta situación en el corto plazo? Para responder estas preguntas, hablé con tres expertos. Sigue leyendo y descubre lo que me dijeron.
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Requisitos para ser anfitrión de un campeonato mundial de baristas
Johanna de Rodriguez, fundadora de Academia Barista Pro y entrenadora certificada por la Asociación de Cafés Especiales (SCA por sus siglas en inglés), explica que todos los años hay muchos países que quieren ser anfitriones del WBC. Por lo tanto, World Coffee Events (WCE) pide un presupuesto a cada uno para la realización del evento y establece algunos requerimientos mínimos a cumplir. Alguno de ellos son:
- Tener un espacio de al menos 2500 metros cuadrados
- Contar con salas para los jueces con pizarras y escritorios
- Tener escenarios con 3-4 estaciones
- Contar con un salón con sillas para mínimo 800 personas
- Tener un backstage
Cada propuesta es analizada y la mejor es elegida por un comité. “Las condiciones del país anfitrión deben permitir que WCE garantice la movilidad segura de los participantes, el transporte público aceptable y hoteles que puedan albergar a la cantidad de personas que se espera en un evento así”, explica.
También, comenta que la gran mayoría de países que aplican para ser anfitriones cuentan con la capacidad para destinar esos recursos en la realización de eventos de esa magnitud, “ya sea por medio de asociaciones cafeteras nacionales, patrocinios de empresas privadas o del gobierno”.
¿Por qué se deberían realizar las competencias en los países productores?
Luis Fernando Vélez es el fundador de Amor Perfecto, la marca colombiana de cafés especiales más premiada en el mundo, y fue el organizador del campeonato mundial realizado en Colombia en 2011. Él comenta: “yo soy un convencido de que el mundo del café cambió gracias a los campeonatos mundiales de baristas, no solamente por los campeonatos per se sino porque lograron algo que para cualquier industria es muy importante: vincular a la juventud”.
Gracias a la vinculación de la juventud hubo un cambio de paradigma alrededor de lo que es un buen café. De esta forma, “empiezan a aparecer equipos de investigación para lograr que su barista gane el campeonato mundial y así se revoluciona la industria”, dice.
En su opinión, sería ideal que en algún momento exista la posibilidad de que todos los campeonatos de baristas se realicen en los países productores. Para argumentarlo, da un ejemplo: “quién se imaginaría un campeonato mundial de catadores de champagne en Nueva York, ese campeonato lo deben hacer en Francia, de donde es el champagne”.
Beneficios para el país anfitrión
Desde el punto de vista de Luis Fernando, los beneficios que puede generar la organización de un campeonato mundial de baristas en un país de origen van más allá de la inyección económica o de los visitantes que puede recibir.
Para él, lo más importante es la integración que se genera entre los caficultores y sus hijos. Se crea una conexión y un trabajo en conjunto con el que pueden agregar más valor a la materia prima. Así, mejora el equilibrio de la cadena de valor del café y se obtienen mayores ingresos para el país de origen.
Johann Buenaño, barista ecuatoriano y campeón nacional de métodos en 2019 y 2022, comenta que los beneficios son muchos. Entre ellos, resalta las visitas a fincas cafeteras y las entregas de muestras. Por ejemplo, “se pueden armar mesas de catación para que posibles compradores puedan probar los cafés y generar ventas o acuerdos de largo plazo”.
Por otro lado, Johanna explica que la participación de un país en una competencia mundial de café le da herramientas para acceder a mercados extranjeros. Además, aunque la duración es corta, las competencias ofrecen a las empresas locales una plataforma de marketing y networking para el intercambio de información sobre las novedades de la industria.
“Son una oportunidad de interacción internacional con colegas calificados en el ámbito del café y una oportunidad única para realizar eventos de aprendizaje, para posibilitar experiencias, conocimiento, ventas e intercambios que pueden ayudar a un país”, afirma.
En esa misma línea, Luis Fernando hace referencia a cómo era la industria nacional en Colombia antes del campeonato de 2011. Él cuenta que en ese entonces solo existía un aproximado de cinco a siete compañías enfocadas en café de alta calidad. Actualmente, hay más de novecientas marcas nuevas de café de especialidad y hay un crecimiento en la realización de campeonatos de barismo, de Aeropress, de filtrados, de catación, etc.
“Es un vuelco completo en el mundo del café en los países de origen y el hecho de que se hagan competencias de talla mundial en nuestros países genera un gran interés y un gran intercambio de conocimiento”, sostiene.
¿Por qué los países de América Latina no suelen ser anfitriones?
“Hasta no encontrar líderes con ganas y dinero de participar en estas competencias, estaremos siempre compitiendo pero jamás como anfitriones”, sostiene Johanna.
Ella resalta que es importante entender que la inversión es grande para organizar un campeonato mundial. Un país productor debe contar con la ayuda de varias partes para disponer de los recursos necesarios para desarrollar un evento exitoso y, en el caso de muchos países latinoamericanos, esto es difícil de lograr.
Por otro lado, para Luis Fernando, hay varias razones por las que no se realizan los campeonatos en países productores; sin embargo, hace énfasis en una de ellas: la cadena de valor del café sigue funcionando como en la época de la colonia. Para él, a los países productores les han hecho creer que no saben tostar y que el café debe ser tostado cerca del consumidor.
En consecuencia, existe una visión colonialista en los países consumidores relacionada a que el valor del café tiene que ser agregado allá.
Asimismo, Johann considera que “los países latinos tienen todo para organizar campeonatos mundiales. De hecho, ya se han organizado en Colombia (2011) y en Brasil (2018), solo que no se ha vuelto a ver en bastante tiempo”.
Desde su punto de vista, esto es resultado de la falta de desarrollo de la industria en los países Latinoamericanos en comparación con los países europeos, asiáticos o de Norteamérica.
Adicionalmente, él cree que como casi todos los competidores son europeos y asiáticos, “es más fácil organizar este tipo de eventos en esos continentes que acá”.
En general, frente a la selección de la sede para los campeonatos, se suele resaltar el tema de la accesibilidad para la mayor cantidad de personas. Por eso, suelen realizarse en países europeos o en Estados Unidos.
“Los latinos somos una minoría pero también somos los que más sufrimos en temas de visado o costos de pasajes de avión. Incluso, el costo de vida en Latinoamérica es más alto y nuestros salarios son menores”, señala Johann.
¿Es viable que cambie esta situación en un corto plazo?
Luis Fernando manifiesta que “el cambio de esta situación depende más de los organizadores de WCE que de cualquier otra cosa”. También, comenta que si WCE no realiza cambios en ese sentido, comenzará a perder oportunidades muy grandes y que serán ocupadas por otros eventos. “Muy probablemente lo que va a pasar es que va surgir una competencia de baristas de países origen”.
Para Johann, es viable que se dé un cambio a corto plazo y para eso es necesario que los países latinos comiencen a tener más protagonismo en las competencias mundiales, que se incrementen los finalistas y ganadores de la región; no obstante, frente a la participación de baristas de países productores, mucho se ha discutido ya sobre las limitaciones que enfrentan y sobre lo poco inclusivos que suelen ser los campeonatos.
Johanna está de acuerdo y afirma que falta poco para que se empiecen a organizar campeonatos mundiales en El Salvador, por ejemplo. Para lograrlo, ella dice que es necesario acercarse a los compradores porque son los que tienen la mayor cantidad de recursos disponibles.
En cualquier caso, muchos se siguen cuestionando qué tanto tiempo puede tomar esta transición, si es que se logra, y qué otras medidas están dispuestos a tomar los organizadores de estos eventos para reducir las amplias brechas en la cadena productiva.
Los países productores tienen todo para realizar campeonatos mundiales de baristas: la materia prima, el talento, el conocimiento y un mercado que está en crecimiento.
Al igual que otros productos como el vino, es necesario agregarle valor al café desde los países productores. Así, los organizadores del WBC podrían empezar a ver a los países de origen de otra forma y priorizar la realización del campeonato en los lugares en los que se cultiva el café.
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Créditos de las fotos: Johanna de Rodriguez. Johann Buenaño.
PDG Español
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