10 de julio de 2020

¿Por Qué la Productividad Del Café Varía Según el País?

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La productividad de un cafeto puede verse influenciada por varios factores, entre ellos, las prácticas de cultivo, el acceso a los recursos y la calidad de la infraestructura.

Los problemas con los precios implican que muchos productores tienen dificultades para mantener fincas económicamente viables. Esto hace que la productividad elevada de las plantas sea una prioridad, en particular, para los cafés comerciales.

En países como Brasil y Vietnam, la productividad de las fincas suele ser más alta, esto se debe en parte a la mecanización y en parte es el resultado de otros factores externos.

Los niveles de productividad se miden en términos de rendimiento de la cosecha, que se calcula generalmente en toneladas por hectárea, t/Ha. Los volúmenes en Vietnam y Brasil son de alrededor de 2,5 t/Ha y 1,5 t/Ha respectivamente, pero para la mayoría de los otros países productores, esta cantidad es considerablemente más baja.

El nivel de productividad promedio en los países centroamericanos es aproximadamente entre 0,5 y 0,75 t/Ha, mientras que en África, los volúmenes de cosecha van desde 0,1 hasta 0,8 t/Ha. En Asia, es difícil calcular las cifras promedio de producción debido a la falta de información, pero, excluyendo a Vietnam, parece que los números están creciendo; Indonesia e India producen 0,76 t/Ha y 0,8 t/Ha respectivamente.

Sigue leyendo para entender por qué los niveles de productividad varían tanto de un país a otro.


¿CÓMO INFLUYEN LAS PRÁCTICAS DE CULTIVO EN LOS NIVELES DE PRODUCCIÓN?

Jeffrey Sachs es profesor universitario y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. En este estudio, él dice: “Los volúmenes de cosecha aumentaron de más del 100% en Vietnam y del 30% en Brasil [entre 1990 y 2019]. Esos incrementos contrastan enormemente con las cosechas relativamente estables de la mayoría de los otros países caficultores”.

Sin embargo, hasta en los países con niveles de producción más altos, los precios bajos del café significan que muchos productores tienen dificultades para mantenerse a sí mismos y a sus familias, por no hablar de invertir en sus fincas.

Las prácticas agrícolas solamente son una de las razones por las cuales los niveles de productividad son más altos en países como Brasil y Vietnam que en otros países. Para explorar este tema, hablé con Carlos Brando, director de mercadeo y publicidad, y presidente de Global Coffee Platform.

Elige tu Cultivo Con Prudencia

Es importante elegir la mejor variedad para sembrar. Según Carlos, hay que considerar tres características principales: “Piensa en variedades de café que son más productivas, las que son resistentes a las plagas o enfermedades y también examina la calidad”.

Una cosa para considerar: no existe una variedad perfecta para todos los ambientes. La elección de la mejor dependerá completamente del objetivo del productor.

“Una variedad que funciona muy bien en un país tal vez no sea apta para otro”, dice Carlos. “Para gran parte de los caficultores, la productividad viene primero. Pero en Centroamérica, donde hubo este enorme problema con la roya, será necesario buscar variedades resistentes a la roya”.

Elabora un Plan Antes de Sembrar

Es importante que los caficultores planifiquen bien antes de plantar. Deben hacerse muchas preguntas: ¿cuánto espacio debe haber entre cada planta en cierta fila? ¿Cuál es la distancia ideal entre las filas? ¿A qué altura se debería dejar crecer la planta?

“Lo primero que deberías mirar es la zona de la hoja”, dice Carlos. “Cuantas más hojas tengas, más eficiente será la fotosíntesis y, por lo tanto, más ramas y cerezas podrás producir”.

Sin embargo, en la mayoría de los países, la planificación de las hojas deja mucho que desear. “A veces, tienes muchas plantas, pero están muy juntas y no alcanzan mucha altura. Muchos productores mantienen las plantas bajas, pero en Brasil o Vietnam ves árboles mucho más altos”.

Los árboles más altos son beneficiosos para los productores que tienen acceso a métodos de recolección mecánica. Como dice Carlos: “Esto significa que los recolectores deben usar escaleras o maquinaria como las cosechadoras portátiles, pero si tienes este equipo a disposición, tus plantas pueden ser más altas y terminas produciendo más”.

“Lo que aprendemos a hacer en Brasil es plantar a lo largo de una línea. Tienes más distancia entre las filas, digamos, dos metros y medio, y un poco de espacio entre las plantas de la misma fila, quizás un metro como mucho”. 

Él dice que esto es suficiente para poder mecanizar, pero, “sobre todo, tienes mucha luz en toda la planta (tanto la base como la punta), así que tienes un área de hojas más grande y, por lo tanto, mayor producción”.

¿Con o Sin Sombra?

Se suele creer que las plantas cultivadas bajo sombra son menos productivas, pero producen café de calidad más alta.

Carlos dice que una sombra abundante suele disminuir la productividad. Sin embargo, no significa que los productores deberían eliminar la sombra por completo; se debería manejar una ligera sombra para garantizar un equilibrio entre la productividad y la calidad. Los caficultores pueden modificar la cantidad de luz solar que reciben las plantas con la poda cuando sea necesario. 

“Esto es lo que están haciendo en Etiopía”, dice Carlos. “No están eliminando toda la sombra, sino solamente parte de ella, para aumentar la productividad”. Y esto se ve reflejado en los pronósticos de 2020 de los volúmenes de productividad del café etíope, que se estima que aumentaron de 0,74 t/Ha a 0,82 t/Ha en los últimos cuatro años.

Sin embargo, el café cultivado bajo sombra tiene sus ventajas, según Carlos. “Cuando caen las hojas, se las incorpora al suelo como materia orgánica y, en consecuencia, usamos menos fertilizante, o no lo usamos”.

Pero no se trata de una solución para todo; Carlos advierte que para los caficultores que quieren maximizar la producción, la mejor opción es probablemente tener menos sombra y usar más fertilizante.

Conoce tu Suelo

Mantener los niveles de nutrientes en el suelo es increíblemente importante para los productores. “Incluso con un buen suelo, si la plantación es vieja, los nutrientes suelen secarse”, dice Carlos. En consecuencia, los productores deben agregar fertilizante.

¿Pero cómo saber qué nutrientes se necesitan y cuánto agregar? Carlos dice que, en general, se trata simplemente de analizar una muestra del suelo: “El análisis del suelo te dirá cuáles nutrientes te faltan. Esto no se limita solamente a los tres principales (nitrógeno, fósforo y potasio), sino también a los micronutrientes como el boro, el magnesio, entre otros. Los caficultores tanto vietnamitas como brasileños usan fertilizantes, y fertilizan de una forma muy técnica”.

Carlos dice que en otros países algunos productores no utilizan suficiente fertilizante. Por ejemplo, según este informe de la Organización Internacional del Café, “la agricultura africana se caracteriza por una baja productividad debido a la escasa fertilización del suelo y a la falta de buena administración. En Ruanda, por ejemplo, solo el 25% de las fincas usan fertilizante.”. 

Además, Carlos dice que algunos productores creen que al plantar en suelos volcánicos y ricos, no necesitan usar fertilizantes. En este caso, él dice que las plantas seguirán produciendo, pero los resultados tal vez no sean óptimos. “Si no usas fertilizante, a veces alcanzarán un máximo en cuanto a productividad y cosecha”.

Otro punto importante para considerar, junto con los niveles de nutrientes, es el pH del suelo; su grado de acidez. El cafeto tiene un desempeño óptimo en suelos levemente ácidos, con un pH de entre 5,5 y 6,5, pero la acidez también aumenta un poco con el transcurso del tiempo. Carlos explica que, a veces, incluso cuando el caficultor fertiliza el suelo, el pH es demasiado ácido. “Para corregirlo”, dice Carlos, “es necesario añadir cal”.

Visitantes no Deseados

Sin importar lo que hagan los productores para prevenirlo, a veces ocurre lo impensable y los cafetos son atacados por plagas y enfermedades.

En 2011/2012, una pandemia de roya del café, una enfermedad causada por un hongo que reduce drásticamente la productividad, afectó a muchos países en Centroamérica. Las estimaciones indican que, durante los cinco años que siguieron, el 70% de las fincas sufrieron el impacto.

Y no termina ahí; además de la roya, los cafetos también son afectados por la broca del café, el minador de la hoja y otras pestes menos conocidas. “En algunos países, también hay otras enfermedades, como el barrenador blanco del tallo en India”, dice Carlos. Esta plaga, que llegó en 1838, es devastadora para las plantas de Arábica, y ha costado a los productores en India millones de dólares.

Desde el primer brote de roya brasileña en 1970, los productores han tenido que hacer frente a la enfermedad, pero sus esfuerzos han recibido el apoyo de inversiones públicas en la investigación, tecnología y disponibilidad de créditos para fincas. 

En este artículo, José Braz Matiello, un investigador en Fundação Procafé, una fundación de investigación brasileña que recibe el apoyo del Gobierno, dice: “La investigación desarrolló los métodos de control, la asistencia llevó la tecnología a los productores y el crédito ayudó a ejecutar las prácticas de control”.

Los caficultores protegen sus cultivos principalmente con el uso de pesticidas. Pero esto tampoco es tan fácil como parece.

Carlos dice que en zonas alejadas, la gente paga un recargo por sus alimentos, en comparación con “las personas de clase media que viven en áreas mejores”.

“Lo mismo sucede con los caficultores pequeños en muchos de estos países, porque el mercado no es eficiente. Pagan más por el fertilizante y los pesticidas. Cuando tienen que comprar equipos o incluso fertilizante, no tienen el capital. Entonces, recurren al financiamiento, el cual requiere una garantía, que es a menudo la tierra. Pero muchos productores no tienen el título de propiedad, y esto significa que no pueden obtener el crédito”.

Si el productor cultiva café orgánico, hay otras opciones ecológicas para evitar el uso de químicos, como el control biológico.

LA IMPORTANCIA DE INVERTIR

André da Silva es el director ejecutivo superior en Tropysync, un importador de café verde con sede en Maryland, EE. UU. Él cree que la inversión en ciencia y tecnología es sumamente importante para mejorar la productividad y, además, “esto no se da en [otros] países [fuera de Brasil y Vietnam]. Esa parte de ciencia y tecnología solamente está en su fase inicial”.

Pero es difícil para algunos productores invertir en sus fincas a largo plazo. Carlos dice: “El dinero que recibe el caficultor cada día vale menos, debido a la inflación. Así que aunque el dinero sea el mismo, en términos reales, los caficultores tienen menos para invertir y mejorar. Ese no es un problema técnico. Es un problema socioeconómico, un problema de desarrollo”. Para muchos productores, esto crea un círculo vicioso.

¿Pero cómo han logrado Brasil y Vietnam seguir aumentando su productividad a pesar de estos problemas? Bueno, según Carlos, la respuesta es simple: intervención del estado. En estos países, dice, “debes contar con el apoyo del gobierno con respecto a la investigación, capacitación y servicios de extensión, infraestructura, logística y crédito. Esto es particularmente útil para los productores más pequeños, quienes no tienen la opción de trabajar por su cuenta”. Además, Carlos añade que la competencia hace que el mercado sea más eficiente.

La productividad del café varía mucho de un país a otro, y no existe un solo factor determinante que influya en los volúmenes de cosecha. Los productores mencionaron todo, desde las prácticas de cultivo y la oferta de créditos hasta el acceso a los recursos y la infraestructura.

Pero una cosa está clara: el consumo sigue creciendo y, a medida que aumenta, los caficultores deberán seguir el ritmo. Los niveles altos de producción serán sumamente importantes para garantizar un futuro sostenible a largo plazo para los productores, particularmente para aquellos que cultivan café comercial.

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Crédito de la imagen principal: Cerezas de café en las manos. Crédito: Meklit Mersha. Las citas de José Braz Matiello fueron traducidas del protugués. Créditos de las fotos: Ivan Petrich, Julio Guevara, Ana Valencia, Mayorga Organics y Eduardo Ferreira. 

Traducido por Laura Fornero. Traducción editada por María José Parra.

PDG Español

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