¿Deberían las cafeterías prohibir el uso de portátiles?
Las cafeterías se consideran centros sociales en muchas comunidades y barrios de todo el mundo. Son lugares donde la gente se relaciona e interactúa mientras toma una taza de café, con el zumbido de fondo de los baristas que trabajan detrás de la barra.
En los últimos años, la conexión se ha vuelto cada vez más digital, entonces ¿cómo la han aprovechado las cafeterías?
Según la empresa de investigación tecnológica CyberCrew, un sorprendente 70 % de los profesionales de Reino Unido trabajaban a distancia en abril de 2020. Además, en los últimos años, los trabajadores remotos han empezado a visitar las cafeterías.
Las tiendas de café pueden ser una alternativa asequible a los costosos espacios de coworking o simplemente un cambio de ambiente respecto al hogar. Con todo, desde el punto de vista del propietario de una cafetería, esto no siempre es beneficioso. Las personas que trabajan en ella pueden ver reducidos los ingresos diarios y un aumento en las facturas mensuales.
¿Deberían las cafeterías prohibir los portátiles o puede haber un término medio tanto para los propietarios como para los clientes? Para averiguarlo, hablé con dos empleados de Kofra Coffee Roasters.
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¿Por qué la gente utiliza sus portátiles en las cafeterías?
Las cafeterías suelen ser famosas por su ambiente acogedor y hospitalario, que ayuda a atraer clientes y a crear una base de asiduos fieles. Por otro lado, además de los clientes que simplemente van a disfrutar de una taza de café, ahora es habitual ver a gente trabajando con portátiles.
Matt Harris es el barista jefe de Kofra. Él explica que las tiendas de café llevan mucho tiempo actuando como espacios de coworking para trabajadores remotos. “Las cafeterías siempre se han considerado un tercer lugar”, afirma. “Ofrecen un ambiente acogedor con comida, bebida, acceso a internet y un descanso de las distracciones del hogar”.
“Trabajar desde casa a veces puede ser aislante, por lo que estar en una cafetería proporciona una conexión con la sociedad”.
Antes de la pandemia, el número de personas que trabajaban a distancia ya iba en constante aumento. En Estados Unidos, la población que trabajaba desde casa aumentó 103 % de 2005 a 2017, muy probablemente debido a la mayor flexibilidad.
Ahora bien, durante la pandemia, el trabajo a distancia se hizo imprescindible para mantener en funcionamiento la mayoría de las empresas.
Según un estudio de Global Workplace Analytics, el 69 % de los empleados estadounidenses trabajaban desde casa en el momento álgido de la cuarentena. Desde entonces, las encuestas han demostrado que alrededor del 82 % de los trabajadores estadounidenses desean trabajar a distancia al menos un día a la semana.
Es evidente que la pandemia del COVID-19 ha cambiado definitivamente el comportamiento laboral en todo el mundo. No cabe duda de que el trabajo a distancia puede ofrecer más flexibilidad y otras ventajas a los empleados.
“Desde hace más de siete años, Kofra no ofrece WiFi”, cuenta Matt. Aun así, el creciente número de personas que trabajan desde cafeterías puede tener graves efectos negativos en estos negocios, y a menudo pasan desapercibidos para los trabajadores a distancia.
¿Por qué las cafeterías prohíben el uso de portátiles?
José De León Guzmán es el propietario de Kofra, que tiene cuatro locales en Norwich, Reino Unido. “Poco después de la apertura de nuestro local en Upper St. Giles, nos dimos cuenta de que la gente pasaba de largo al ver que estaba constantemente lleno”.
“Aunque, en aquel momento, estaba repleta sobre todo de gente que trabajaba con sus portátiles”.
Es una creencia común que una cafetería llena de gente suele atraer a más clientes. La energía vibrante y bulliciosa puede indicar que el café, la comida y el servicio son de alta calidad, por lo que es más probable que la gente la visite y gaste dinero.
Por el contrario, una cafetería llena de teletrabajadores con sus portátiles puede crear un ambiente totalmente distinto. Algunos creen que el silencio, el golpeteo de los teclados y las videollamadas unidireccionales no son tan atractivas como el murmullo de una conversación, lo que ha llevado a algunas cafeterías a prohibir totalmente los portátiles.
“No me parecía justo rechazar a la gente y permitir que los usuarios de portátiles tuvieran el monopolio del espacio”, explica José. “Los pequeños negocios de hostelería dependen del ir y venir de clientes a lo largo del día para sobrevivir, el uso de las cafeterías como espacios de trabajo limita esencialmente este flujo de negocios”.
Aunque no todos los trabajadores a distancia tienen modelos de trabajo similares, es habitual que los usuarios de portátiles permanezcan sentados en las cafeterías durante horas. No solo privan potencialmente a otros clientes de tener mesa, sino que, según José, pueden provocar dificultades económicas a los propietarios de las cafeterías.
“Los clientes que utilizan portátiles gastan probablemente un máximo de £10 al día, lo que puede tener un importante impacto negativo en los pequeños negocios”.
“He hablado con otros propietarios de cafeterías que dicen que temen la posible reacción de los clientes si prohíben las portátiles”, añade.
Aunque la prohibición de las portátiles puede dar lugar a conversaciones incómodas entre clientes y baristas, José subraya que los beneficios económicos son demasiado importantes como para ignorarlos.
“Me han preguntado si he perdido clientes. En realidad, los ingresos de Kofra han aumentado anualmente en torno a un 18 % desde que empezó la prohibición”.
El concepto de tercer lugar
Desde que surgieron bajo el dominio otomano, las cafeterías han servido como espacios de encuentro vitales, permitiendo a la gente socializar y conectar.
Ahora bien, José considera que el aumento de los usuarios con portátiles en los cafés ha alterado la finalidad percibida de las cafeterías. “Creo que se ha malinterpretado qué servicios deben ofrecer las cafeterías”, afirma.
Matt dice: “cuando las cafeterías llegaron a Londres en el siglo XVII, eran lugares de encuentro. La gente podía intercambiar ideas y relacionarse en un ambiente enérgico y cargado de cafeína”.
“Pienso que esto es lo que una cafetería debe ofrecer a su comunidad. El uso de las cafeterías como espacios de trabajo restringe este ambiente”.
En los últimos años, el término tercer lugar se ha utilizado a menudo para describir a las tiendas de café. La frase fue definida por primera vez por el sociólogo Ray Oldenburg en su libro de 1989, The Great Good Place, como “el corazón de la vitalidad social de una comunidad”.
La cadena de cafeterías Starbucks es famosa por utilizar el concepto del tercer lugar en su estructura empresarial y en el diseño de sus tiendas. La empresa crea cafeterías que invitan a los clientes a quedarse durante horas. Ahora bien, hay que tener en cuenta que las grandes cadenas comerciales suelen tener más poder financiero que las pequeñas cafeterías especializadas.
Esto significa que, por lo general, son más capaces de absorber pérdidas financieras que la mayoría de las cafeterías independientes, que solo en el Reino Unido suman unas 6500.
“Los clientes que usan sus portátiles exigen, como es natural, internet rápido, acceso a electricidad, agua y baños limpios, además de un café de calidad y un buen servicio”, explica José. “Esto se suma a los costos del negocio”.
Aunque la prohibición de los portátiles no es solo una cuestión económica, como en Kofra.
Para las cafeterías que se centran en el café, la comida y el servicio al cliente de alta calidad, los portátiles y los dispositivos electrónicos pueden desvirtuar el ambiente deseado.
“En un restaurante con estrella Michelin no se ve a nadie sentado con un portátil”, añade José.
Recuperar la cultura social
A medida que aumenta la población de trabajadores a distancia, algunas cafeterías buscan cada vez más formas de disuadir a los usuarios de portátiles de trabajar en los cafés.
Por ejemplo, prohibiendo totalmente los portátiles, eliminando o limitando el acceso al WiFi público, tapando los enchufes o restringiendo los asientos para trabajadores a distancia a una zona específica del local.
Matt dice que, sobre todo, esto mejora el ambiente en los locales de Kofra. “La introducción de esta política nos ha permitido cultivar mejor el ambiente que queremos y garantizar que todos nuestros clientes disfruten de su tiempo en Kofra”, afirma.
José añade: “el ambiente es más animado. La gente consume de forma más consciente y hay mucha más gente leyendo libros en nuestras cafeterías”.
Con todo, tomar esta decisión como propietario de un negocio no siempre es sencillo. José dice que es importante asegurarse de que el equipo está de acuerdo antes de hacer un cambio tan significativo.
“El personal de Kofra apoya totalmente la prohibición de los portátiles y está dispuesto a explicar a los clientes por qué la hemos implantado”.
“Los comentarios del personal indican que muchos clientes nunca han tenido en cuenta la perspectiva de las empresas en lo que respecta a la prohibición de portátiles”, señala.
Matt, por su parte, afirma: “la comunidad es un valor fundamental en Kofra y nos encanta un ambiente ruidoso y bullicioso donde la gente está charlando, riendo y disfrutando de su café libre de la noción de que están distrayendo a alguien de su trabajo”.
¿Qué pasa con la reacción?
Desde hace algún tiempo, los usuarios de portátiles y los trabajadores a distancia constituyen una proporción significativa de los visitantes de las cafeterías en muchas partes del mundo. Por eso, es de esperar que la prohibición de portátiles sea recibida con feroces represalias por parte de algunos clientes.
Matt explica: “ha habido cierta resistencia y disgusto, sobre todo por parte de personas que han llegado a confiar en las cafeterías como un lugar para trabajar y romper su rutina”.
“Intentamos ser lo más francos que podemos a la hora de transmitir nuestras políticas, con una señalización clara en el mostrador y alrededor de la tienda, para que los clientes puedan tomar una decisión informada antes de quedarse”.
José añade: “tenemos notas en todas las mesas de Kofra que informan claramente a los clientes que no pueden usar portátiles. La gente empezó a cambiar de opinión y, de repente, en lugar de recibir correos electrónicos de gente quejándose, recibíamos mensajes diciendo que estaban contentos con nuestra decisión”.
Aunque cada vez son más las cafeterías que adoptan políticas “antiportátiles”, algunos han empezado a preguntarse si existe un punto medio. ¿Hay alguna forma de que las cafeterías tengan éxito sin dejar de atender a los usuarios de portátiles?
“Las pequeñas cafeterías especializadas deben mirar a las grandes cadenas como una oportunidad para considerar cómo atender mejor a los usuarios de portátiles”, afirma José. “Existe una oportunidad pero actualmente no es viable para Kofra”.
“Lo único que podemos hacer es explicar claramente al cliente que estas son las razones por las que no podemos permitir portátiles en nuestras cafeterías”.
José concluye hablando de una posible opción que vio cuando visitó Ámsterdam. “Una de las primeras cafeterías especializadas que visité te daba un código WiFi en el recibo que duraba 45 minutos [cuando comprabas una bebida]”, explica. “Si querías un acceso más prolongado al WiFi, tenías que comprar otra cosa. Quizá sea un modelo que veamos en el futuro”.
En los últimos años, el auge del trabajo a distancia ha hecho que más gente se instale en cafeterías para pasar el día. Ahora bien, como han señalado Matt y José, esto puede causar problemas a los negocios porque estos asientos podrían sert ocupados por un flujo continuo de clientes de pago.
La decisión de aceptar o prohibir las portátiles en una cafetería tiene inevitablemente un impacto en su ambiente, para bien o para mal. Está por verse si en los próximos años se convierte o no en una tendencia dominante. Por ahora, todo lo que pueden hacer los consumidores es prestar atención a la señalización de las cafeterías y asegurarse de comprar bebidas con regularidad para apoyar a su tercer lugar favorito.
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Créditos de las fotos: Kofra Coffee Roasters.
Traducido por: María Romero. Traducción editada por Alejandra Soto.
PDG Español
Ten en cuenta: Kofra Coffee Roasters es patrocinador de Perfect Daily Grind
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